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Miércoles 14 de Abril de 2021
Según relata Giancarlo Zunino, docente clínico de la Escuela de Kinesiología, el Covid-19 ha sido un gran desafío para el área de la salud y los alumnos han representado un gran aporte gracias a su espíritu de ayuda y servicio.
El 2020 y lo que va de 2021 ha sido un año difícil para todos, especialmente para los profesionales de la salud, los que se han visto exigidos al máximo producto de la pandemia. Esta es una realidad que no deja fuera a los kinesiólogos, quienes día a día ayudan y acompañan a las personas que han sobrevivido al Covid-19.
“Nuestra labor como profesionales de la salud siempre va de la mano con ayudar a las personas y la verdad es que en esta ocasión se nos presentó una manera distinta de ayudar, un poco más exigente. En particular en nuestro caso, en el Instituto Nacional de Rehabilitación, hemos tenido la oportunidad de ayudar a las personas que han logrado sobrevivir al Covid-19 pero han quedado con secuelas importantes”, explica Giancarlo Zunino, kinesiólogo del Instituto Nacional de Rehabilitación Pedro Aguirre Cerda y docente clínico de la Escuela de Kinesiología de la Universidad de los Andes.
Los kinesiólogos han tenido la oportunidad de ver cómo afecta el Covid-19 y la pandemia en la vida de sus pacientes y han debido crear y diseñar nuevas herramientas para poder ayudarlos. Según comenta Giancarlo, este ha sido un gran desafío para ellos.
“Hemos puesto todo nuestro empeño para poder abordar esta nueva realidad de la mejor manera posible, porque ha sido un tema nuevo para ellos -los pacientes y sus familias- y también para nosotros. Hemos estado con equipos sumamente afectados por profesionales que han enfermado y otros que han sido derivados a otros centros médicos, por lo cual la tarea se ha duplicado para todos los profesionales de salud”, agrega el docente clínico.
Es aquí donde los estudiantes han jugado un rol fundamental, apoyando y ayudando en el proceso de rehabilitación de los pacientes.
“El trabajo con alumnos ha sido bastante distinto y todo el espíritu que han puesto los estudiantes en querer ayudar y aportar con sus conocimientos y su experiencia, ha sido algo realmente positivo. Hemos tenido la oportunidad de conocer a nuevos estudiantes y conocer el corazón que le ponen a las profesiones que están estudiando y no solo en kinesiología, que es mi caso, sino que, desde las otras aristas, desde enfermería, fonoaudiología, terapia ocupacional y otras carreras afines”, asegura Giancarlo.
La pandemia ha cambiado el funcionamiento de muchas cosas alrededor del mundo, pero si algo no ha cambiado es el esfuerzo y cariño con el que trabajan, tanto los profesionales como los estudiantes, para entregar el mejor servicio a sus pacientes.
“En algunas ocasiones el desafío se ve muy difícil y cuesta arriba, pero tienen que saber que el destino final de lo que están haciendo es ayudar a las personas y mientras mejores profesionales logren ser, van a poder entregar mejores herramientas a los pacientes y podrán cambiarles la vida y ayudarlos a salir adelante, sobre todo en períodos como este, donde todos nos hemos visto afectados” concluye el kinesiólogo.