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Martes 11 de Mayo de 2021
Largas jornadas de trabajo, incertidumbre frente al COVID-19 y la angustia de no poder ayudar a los pacientes son algunos de los principales cambios que ha debido enfrentar el personal de salud producto de la pandemia. En algunos casos ellos son también docentes y se han debido adaptar a las clases a distancia.
Este es el caso de Paola Tapia, jefa del Servicio de Kinesiología del Hospital Militar, docente de la Escuela de Kinesiología de la Universidad de los Andes y presidenta del Colegio de Kinesiólogos de Chile. “Trabajar en pandemia ha sido el desafío más grande al que me he visto enfrentada. Laborar en una instancia desconocida, sin tener certeza de cómo se iban a ir sucediendo los cuadros clínicos, los tiempos, cuánto tiempo íbamos a estar. Hace un siglo que no había una pandemia en nuestro país y, por lo tanto, nadie estaba preparado”, explica Paola.
La especialista no sólo se ha visto desafiada por su trabajo clínico, sino también como docente, ya que al igual que muchos otros académicos ha tenido que enfrentar una nueva modalidad de enseñanza.
“Ha sido otro desafío poder hacer clases online, ha sido difícil hacer las evaluaciones y se extraña el contacto con los alumnos”, comenta la kinesióloga.
En cuanto al confinamiento y las distintas medidas de distanciamiento social, la académica agrega que ha sido difícil, especialmente al tener que combinar su vida familiar con la laboral. Sin embargo, considera que la pandemia le ha permitido crecer en empática con sus pacientes, especialmente con aquellos que han enfermado de Covid-19.
“El confinamiento no ha sido fácil, el tener que dejar a los hijos para poder seguir trabajando ha sido difícil. Toda mi familia y yo enfermamos de Covid-19, lo que fue bastante complejo, pero es esto también lo que me ha permitido poder empatizar de una manera mucho más cercana con los pacientes que han enfermado a causa de la pandemia y aquellos que han quedado con graves secuelas”, añade Paola Tapia.
A pesar de esto, Paola se mantiene optimista e insta a sus alumnos y miembros de la Escuela a enfrentar este difícil período de la mejor manera. “Muchos grandes avances en medicina y tecnologías han sido justamente consecuencias de las guerras mundiales o de las pandemias. Creo que hoy tenemos en nuestras manos un material infinito, del que pueden surgir grandes avances para poder ayudar a nuestros pacientes y a nosotros mismos, además de descubrir áreas de la kinesiología que no conocíamos”, agrega.
“Quisiera agregar que un gran desafío en esta pandemia ha sido tomar el liderazgo del Colegio de Kinesiólogos de Chile, como su presidenta. Ha sido un gran trabajo y ahora estamos trabajando arduamente con pacientes contagiados por Covid y otros que han quedado con secuelas y que tendrán que vivir una rehabilitación importante a futuro. Mi mensaje es a disfrutar cada momento de la vida”, concluye Paola.