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Jueves 1 de Julio de 2021
Columna del académico, Juan José Guerrero.
Es muy probable que en nuestra infancia hayamos conocido a través de libros, historias, cuentos, series o películas de la existencia de lo unicornios: seres mitológicos que poseen cualidades extraordinarias. Y que luego al crecer, nos hayamos decepcionado al saber que nunca, hasta ahora, la ciencia ha podido comprobar científicamente su existencia.
Entre las extraordinarias cualidades de dichos seres podemos recordar las siguientes:
Poseen un cuerno con propiedades mágicas: pueden hacer cosas geniales y únicas en la naturaleza; hacen de los días tristes algo alegre de solo mirarlos; pueden abrir portales a otras dimensiones; adoran pasar el tiempo con humanos; son fieles y buenos. Y algunos de éstos pueden transformarse en pegasos, es decir, les crecen alas y pueden volar.
Hoy con certeza y alegría sabemos que los unicornios sí existen. ¿Dónde o para quiénes?, para aquellos que leyeron, entendieron lo que leyeron y lo aplicaron en su vida.
Hace más de 20 años atrás Kevin Kelly, fundador y director ejecutivo de la revista Wired, nos presentó en su libro “New rules for the new economy” 1998, las características fundamentales de la nueva economía: primero es global; segundo, favorece cosas intangibles como ideas, información, conocimiento y relaciones significativas; y tercero, está profunda y globalmente interconectada. Estos tres atributos producen un nuevo tipo de sociedad y de mercado, un mercado que está enraizado en redes digitales ubicuas y distribuidas. Una visión que hoy está en plena vigencia.
Luego el mismo autor hace cinco años atrás en su libro “The inevitable: Understanding the 12 technological forces that will shape our future” 2016, de manera magistral explica la dimensión digital y sus efectos en nuestras vidas, donde desarrolla la idea de que nada es fijo o estático, sino que líquido tal y como presentara varios años atrás en sus escritos el sociólogo y filósofo Zygmunt Bauman.
Todo está en proceso de convertirse. Kelly hace hincapié en que en la realidad digital en la que vivimos, la habilidad de acceder a todo inmediatamente sin ser dueño cambia y configura todo, explicando que esta fuerza se va a acelerar gracias a la desmaterialización, demanda en tiempo real (real-time on demand), descentralización, sinergia de plataformas, y supercomputación en nube (clouds). Donde pasaremos del acceso a compartir, cooperar, colaborar a escala masiva no solo en el producto final, sino que en el proceso también. Todos temas que entendieron muy bien y aplicaron los creadores de empresas como Cornershop, NotCo y Betterfly en Chile.
Y no solo ese tipo de análisis parecen haber incorporado, sino que otros como cuando The Economist peguntó a 50 especialistas cómo sería el mundo a partir del 2021 y sacó 20 conclusiones.
Una de ellas decía que: “Las empresas que no inviertan por lo menos 10% en nuevas tecnologías, desaparecerán. La empresa tradicional llegó a su fin en el 2020. Ya solo queda esperar a su muerte definitiva… Una empresa tecnológica, nueva y fresca hoy, puede desbancar a otra que lleva haciendo lo mismo en los últimos 50 años”.
Análisis que al parecer han tomado al pie de la letra, entendiendo que la tecnología no se trata de nuevos o mejores programas o softwares, sino que, de una nueva mentalidad, una nueva manera en que percibimos la realidad y a nosotros mismos. Implementaron así una cultura diferente en sus organizaciones, donde “lo digital” no es un medio, sino que un ecosistema que implica nuevas reglas, jerarquías y valores.
Un nuevo ecosistema del que ya hablaba Yuval Noah Harari hace 3 años atrás en su libro “Las 21 lecciones para el siglo XXI” 2018, refiriéndose por ejemplo a la política, donde explica que “las fuerzas más poderosas que están remodelando el mundo están fuera del sistema político”, es decir, fuera del sistema de partidos políticos tal y como los conocemos, y que pudimos ser testigos en la última elección efectuada en nuestro país con ejemplos tan ilustrativos como la lista del pueblo.
Otro ejemplo de esto es la Economía, como exponían hace 7 años atrás Pablo Reyes junto a Daniel Fernández en su libro “La nueva Elite” 2014, texto en el cual analizan que este nuevo ecosistema generó un cambio de procesos profundo y evolutivo en la cultura, el cual está chocando constantemente con los sistemas sociales arcaicos, que no generan la capacidad de expresión necesaria para el despliegue del cambio cultural.
Quienes fueron capaces de leer y entender este nuevo ecosistema en el que vivimos, lograron crear en éste, los tan especiales unicornios. Y al hablar de estas empresas como unicornios no sólo me refiero al término que define una empresa que supera un valor de US$ 1.000 millones, obtenido en un plazo menor a 15 años desde su creación en donde podemos encontrar hoy Cornershop con su última venta y valorización por US$ 3.000 millones. Sino que me refiero al cambio de mentalidad en quienes fundaron empresas como NotCo, Betterfly y la ya nombrada Cornershop. Son ellos quienes han logrado entender que el crecimiento sostenible viene de reorganizar los recursos existentes para hacerlos más valiosos. Son ellos quienes escucharon, leyeron y aprendieron. Que mientras más poderosa sea la invención o la creación, más probable y más importante es que sea transformada por otros, y lo aplicaron a sus organizaciones.
Ellos, quienes asimilaron lo que otros ya habían escrito, están construyendo sobre otros modelos de negocios, modelos basados en la ecuación X + AI, siendo X, cualquier cosa.
En definitiva, al entender el nuevo ecosistema en que vivimos, dejaron atrás las certezas aprendidas en nuestra niñez, familia y trabajo logrando crear verdaderos unicornios para nuestra vida: haciendo “magia”, cosas geniales y únicas; alegrándonos los días tristes de pandemia y de una economía y sistema político inestable, con sólo saber de ellos; abriendo al país un portal a otra dimensión respecto a la innovación; creando empresas que adoran pasar el tiempo con humanos, pensadas en y para las personas; y desarrollando buenas ideas que construyen consumidores fieles.
Fueron entonces capaces de aprender y aplicar que la gente que entiende a la gente siempre gana. Y con mucho orgullo y admiración ya podemos ver el primer Pegaso (Cornershop), que logró hacer que le crezcan las alas y volar.