Suscríbete a nuestro Newsletter
y mantente informado de todo
Viernes 30 de Julio de 2021
El primer decano de Ingeniería Comercial y uno de los miembros más antiguos de la Asociación de Amigos destaca los diferentes proyectos de la Universidad a los que todos pueden aportar con donaciones con el fin de conectar y responder a necesidades de la sociedad.
Hace más de 30 años, Gonzalo Ibáñez se reunión con un grupo de amigos que tenía una idea en común: crear una universidad. “Era un proyecto en el aire y éramos muy soñadores”, recuerda. Sin embargo, ese sueño se concretó “gracias al aporte y caridad de muchas personas”, transformándose en la Universidad de los Andes.
Ese sueño que tenía el primer decano de Ingeniería Comercial y el resto de los fundadores de la UANDES iba acompañado de la idea de poder servir a la comunidad a través del conocimiento propio de una institución educacional.
Es por eso que Ibáñez fue uno de los primeros miembros de la Asociación de Amigos, agrupación que, desde los inicios de la UANDES, busca establecer puentes con las instituciones y las personas para trascender por medio del apoyo a proyectos estratégicos de la Universidad que tengan impacto en la sociedad.
“Mi labor ahí era tratar de conseguir fondos para este proyecto que no tenía financiamiento”, comenta, pero luego, a medida que la Universidad fue creciendo y desarrollando diferentes proyectos, la Asociación de Amigos se dedicó -hasta el día de hoy- a recaudar fondos para nueve iniciativas que responden a necesidades de la sociedad chilena, como por ejemplo: entregando la opción de estudiar a jóvenes con alto rendimiento académico, pero que no cuentan con los suficientes recursos económicos; desarrollando un modelo de intervención para prevenir el suicidio en adolescentes; entregando atención de salud de alta calidad a personas vulnerables; entre otros.
Pero el académico no solo fue parte de la gestión de buscar donaciones, sino que hace 30 años también es donante. “La Universidad es un proyecto de gran trascendencia y que tiene mucho efecto sobre la educación en Chile, sobre los valores culturales y los valores cristianos”, asegura. “Todos sus proyectos son valiosísimos. La gama de posibilidades de tener un efecto importantísimo sobre la sociedad es amplia”.
Es por eso que llama a todos quienes quieran aportar al desarrollo del país a través de los diferentes proyectos, por medio de donaciones, se animen, ya que “hasta con un granito de arena que uno colabore está ayudando a una misión maravillosa, clara, trascendente y de gran importancia para Chile. Aquí hay una mina de oro por explotar. El resultado es y será maravilloso”.