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Martes 23 de Agosto de 2022
El Centro para la Enseñanza de la Religión Católica, CER UANDES, organizó, junto con los colegios del Obispado de Villarrica, el seminario “Cuestiones Antropológicas y Transmisión de la Fe Hoy”, que se llevó a cabo en esa ciudad, y al que asistieron alrededor de 140 profesores cada día.
Bajo el título “Claves para Comprender el Mundo de Hoy Desde la Fe”, la primera jornada del seminario se inauguró con los temas “El Pecado Original” e “Iglesia en Salida y Diálogo con el Mundo”, ambos a cargo del profesor Antonio Amado Fernandez, director del Centro de Estudios Generales, CEG, de la Universidad de los Andes.
El académico se refirió a la creación del hombre libre y su relación con un Dios personal. Expuso sobre la libertad, haciendo énfasis en que Dios quiere al ser humano libre, y lo que esto implica para el hombre.
En cuanto al tema de la Iglesia, mencionó que su misión en el mundo es reconciliar al hombre con Dios y que la libertad de la Iglesia es para servir.
Gonzalo Letelier Widow expuso las ponencias “Cooperar en la Transformación del Mundo” y “Una Pedagogía al Servicio de la Esperanza”. Abordó la pedagogía cristiana y cómo ha entendido la Iglesia la educación cristiana. Se centró en el sujeto de formación, analizando la Encíclica Divini illius Magistri, y hablando sobre de qué manera afecta el pecado original y la redención a la pedagogía.
En el segundo día de seminario y bajo el título “Antropología Cristiana y Afectividad”, el profesor Nicolás Gonzalez Vidal, abordó “El Mundo de las Emociones: Amor, Deseo, Temor, Ira” y “La Integración de los Afectos en la Persona Humana”. Destacó lo importante de una adecuada percepción de la afectividad y cómo esta última cumple una misión, siendo la zona intermedia entre las potencias espirituales y el cuerpo. “Si la afectividad es parte de nuestro ser debe ser parte de nuestro obrar”, concluyó.
La profesora Isabel Lemaitre Palma expuso “Los Afectos y la Libertad” y “La Educación de la Afectividad: La Acción de la Gracia de Dios”. Destacó que todos tenemos una libertad que opera en un margen decidido y que es una fuerza de crecimiento y de maduración en la verdad y la bondad. “Nos ha sido dada para amar. El pecado la debilita, pero tenemos la regeneración a través de la redención”, explicó.