Viernes 4 de Noviembre de 2022

Felipe Castro, director de la ADAE, “Casimiro y la Carmen nos permite viajar al Chile de los años 30, entender un poco mejor el presente y buscar un mejor futuro”

Del 7 al 12 de noviembre, los estudiantes de la Academia de Artes Escénicas (ADAE) interpretarán una versión libre de la obra “Casimiro Vico, primer actor”, del autor chileno Armando Moock.

Felipe Castro durante uno de los ensayos que se están realizando en el anfiteatro del edificio de Ciencias.

“Esta obra chilena y de época nos permite viajar, a través de las artes escénicas, al Chile de los años 30, generar pensamiento crítico, entender un poco mejor el presente y buscar un mejor futuro”, destaca Felipe Castro. A través de personajes entrañables, la música, los bailes, los sueños de los artistas de esa época, los espectáculos de las fiestas de la primavera, el amor por el teatro y el coraje por defender lo amado, esta comedia nos invita a soñar junto con sus protagonistas.

“Casimiro y la Carmen” cuenta la historia de un hombre ingenuo y soñador, con un profundo anhelo por ser actor que, tentado por un grupo de aduladores amigos actores, pone todo su capital para fundar una compañía de teatro, con la promesa de que el sería el primer actor junto a su esposa. Tras un sinfín de problemas y contratiempos se da cuenta que este mundo soñado es manejado por personas que lo traicionan, lo que lo enfrenta al fracaso y la ruina.

“La recepción por parte de los estudiantes ha sido de una sorpresa total, porque nunca se habían enfrentado al género del naturalismo, del realismo sicológico y de una obra en que las emociones afloran a cada momento”, comenta Castro.

Sobre su relevancia, el director de la ADAE explica que “es una obra importantísima en la historia del teatro chileno y los estudiantes disfrutan mucho cuando el asunto es de época y pueden visitar otras costumbres que las actuales desde la actuación”.

“Quienes asistan a las funciones se llevarán una enorme sorpresa, la misma que han vivido los estudiantes. Verán aparecen un pedazo de nuestra historia realmente muy bien actuada. Vivirán la música mexicana de los años treinta desde los corridos hasta las melodías más conocidas. Podrán ver charleston, tango y boleros extraordinariamente bien bailados. Verán estudiantes orgullosos de pararse sobre un escenario a contar una historia nuestra que nos llena de orgullo. Una historia de teatro”, concluye.