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Viernes 8 de Marzo de 2019
Jimena Valenzuela, Directora del ICF, publicó columna de opinión sobre la mediación familiar.
Es un hecho que la confianza es un bien cada vez más escaso en nuestro país. El último Estudio Mundial de Valores (2018) mostró que la creciente desconfianza está afectando también las relaciones entre los integrantes de las familias chilenas; del 2012 al 2018 ese valor bajó un 6%.
En este contexto, todo esfuerzo por contribuir a generar más confianza en las relaciones interpersonales, repercute para el bien de toda la sociedad. El Instituto de Ciencias de la Familia (ICF) de la UANDES forma, hace más de dos décadas, a profesionales capacitados para actuar como mediadores familiares. Además, a través de sus dos centros de práctica pone a disposición de las familias de Puente Alto y San Bernardo el servicio de mediación familiar relacional.
También busca participar del debate público para contribuir al conocimiento y difusión de este modelo ampliado de resolución de conflictos. En este esfuerzo, la Directora del ICF, Jimena Valenzuela publicó hace unas semanas una columna de opinión en el diario El Mercurio.
En ella destacó que “es lamentable comprobar lo ignorada que es la mediación familiar para resolver conflictos, más allá de materias judiciales previas y obligatorias” y que, si bien “la familia es la mayor fuente de felicidad de las personas”, en todas ellas “se viven conflictos y desencuentros, por lo que a veces puede estar lejos de ser el espacio donde nos sentimos seguros, queridos y aceptados”.
Concluye que “en este contexto, la mediación familiar relacional adquiere relevancia, ya que, a través de la búsqueda del diálogo, del entendimiento y de la profundización de las relaciones entre sus miembros, permite contribuir y fortalecer la confianza y armonía familiar”.
Puedes leer la columna completa aquí.