Miércoles 30 de Octubre de 2024

Lanzamiento del libro “Por qué sufrir” de José Miguel Ibáñez Langlois

La Universidad de los Andes junto a Ediciones UC ha presentado el libro "Por qué sufrir" de José Miguel Ibáñez Langlois doctor en Filosofía y crítico literario. Se trata de una profunda reflexión que busca aportar luz sobre el misterio del sufrimiento humano.

José Miguel Ibáñez Langlois doctor en Filosofía y crítico literario trata con este libro de desentrañar parte del misterio del dolor humano, asunto en el que ha transitado durante sus 64 años de sacerdocio dedicado a la confesión sacramental, a la guía de almas y a la dirección espiritual. Según sus palabras, durante todo este tiempo ha oído toda clase de confidencias imaginables, y ha participado con todo su ser de muertes ajenas: “Ese ha sido el sufrimiento mío, el que he tenido que hacer mío, porque mi misión como sacerdote no consiste solo en consolar, en recibir como propio lo que me están diciendo, sino en arrojar alguna luz sobre el dolor”.

Durante el encuentro, Don José Miguel Ibáñez, comenzó enfrentando la idea del sufrimiento en primera persona: “Cuando me preguntan cómo me atrevo a escribir del dolor, si no lo he sentido, contesto que a veces, el dolor de otra persona puede ser más duro de llevar, que el propio dolor”.

Aseguraba que a lo largo de sus años de sacerdocio, ha participado con todo su ser de agonías de últimos momentos de la vida, de enfermedades, de angustias, de depresiones, de sufrimiento de gente que no es amada, rupturas familiares, problemas de la familia, de padres con sus hijos, de hijos con sus padres, fracasos profesionales, pobreza, cesantía. “Ese ha sido el sufrimiento mío, el que he tenido que hacer mío, porque mi misión como sacerdote no consiste solo en consolar, sino en arrojar alguna luz sobre el dolor”. Afirmaba que las personas vienen a desahogar su alma, “pero también esperan alguna luz que les ayude a sobrellevar con paciencia, incluso con amor, el sufrimiento”.

Señalaba que hay dos misterios cristianos, que son fundamentales del saber sufrir. Uno es el misterio de la Providencia Divina: “Nada de lo que me pase, por doloroso, por triste, por desgarrador que sea, se le ha escapado al Señor, todo entra en un plan que no conocemos, y el bien mayor que saldrá de ese dolor, tampoco”. Afirmaba que los filósofos de la antigüedad tuvieron algo de este gobierno divino del mundo, pero la Providencia tal como la entiende un cristiano, no ha existido sino en el cristianismo, y especialmente a partir de Jesús de Nazaret.

Añade que el otro misterio es el de la pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo. “Allí está el sentido mismo del dolor. En la medida en que uno puede unirse al misterio de los infinitos dolores de la pasión del Señor, desde la agonía del huerto, hasta el último grito en la cruz, y unirse luego a la figura de Cristo resucitado, glorioso, uno es capaz de sufrir con un sentido”.

Terminó refiriéndose a que no hay sufrimiento que no tenga su valor: incluso fuera del espacio de la gracia de Cristo. “¿Quién puede decir hasta donde llega Cristo? La intensidad de su amor sobrepasa los límites formales. Todo sufrimiento llevado por amor enriquece el alma, el dolor llega a los corazones para que se abra un espacio que no existía”.