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Jueves 10 de Abril de 2025
José Antonio Abell, académico de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Aplicadas, lidera un innovador proyecto que usa inteligencia artificial y supercomputación para anticipar el comportamiento de estructuras en caso de un sismo en Santiago, en la falla de San Ramón.
En Santiago hay una amenaza geológica que durante años ha estado latente: la falla de San Ramón, una estructura geológica que se extiende por cerca de 25 kilómetros desde el norte de Lo Barnechea hasta el sur de Puente Alto, y que podría generar un terremoto de gran magnitud bajo los pies de más de 6 millones de personas. Frente a este riesgo, el académico de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Aplicadas José Antonio Abell ha puesto el foco de su investigación en entender las posibles consecuencias estructurales de un sismo originado en esta falla.
“Estoy desarrollando metodologías avanzadas, basadas en computación de alto desempeño e inteligencia artificial, para simular y predecir lo que le sucede a estructuras durante los terremotos. Estamos utilizando capacidades de super cómputo, es decir, de más de un computador trabajando simultáneamente en el mismo problema, e inteligencia artificial en la solución de grandes y complejos problemas de ingeniería estructural. Esto permite simular estructuras más rápidamente -un par de horas en vez de semanas de cómputo- y/o simular con mayor resolución para ver más detalles de cada fenómeno físico. Para esto armamos un supercomputador en el laboratorio de obras civiles, pero también tengo acceso a otros centros de super cómputos del mundo”, explica Abell, quien recientemente cerró un proyecto Fondecyt de Iniciación enfocado en evaluar qué podría suceder con edificaciones de Santiago si la falla de San Ramón se activa.
El investigador cuenta con una red internacional de colaboradores, como Jorge Crempien (quien se dedica a la ingeniería sismológica y pertenece a la Pontificia Universidad Católica, Chile); Pedro Arduino (aplica la modelación de sismos, suelos y fundaciones y ha dado acceso a los supercomputadores de Texas, que son de los más grandes del mundo. Él pertenece a la Universidad de Washington State, Estados Unidos); Davide Gorini (trabaja en los temas de suelos y es de la Universidad de Trento, Italia); Guido Camata (Universidad de Chieti-Pescara, Italia) y Massimo Petracca (ASDEA Software), quienes apoyan en temas de preparación de modelos, computación de alto desempeño y visualización de datos científicos. Y también colabora el académico de nuestra Facultad, Rafael Delpiano, quien apoya en temáticas relacionadas con estadísticas y probabilidades. Y también hay alumnos del doctorado en Ingeniería UANDES que están colaborando con Abell, como Nicolás MoraBowen, quien se adjudicó una y también Patricio Palacios, quien se adjudicó una beca FAI.
El interés de Abell por esta temática nace de una convicción: “Pienso que aún hay mucho que desarrollar en la mejora del tipo de simulaciones que hacemos en ingeniería civil, en pos de estructuras más duraderas, económicas, manteniendo un alto estándar de seguridad. Queremos generar un impacto directo en la sociedad, al permitir un uso más eficiente de los recursos y una mejor preparación ante desastres naturales”, detalla.
Un historial sísmico que no da tregua
Chile, ubicado sobre el cinturón de fuego del Pacífico, ha experimentado algunos de los terremotos más poderosos registrados a nivel mundial. En los últimos 30 años, el país ha vivido eventos como el terremoto de 1995 en Antofagasta (magnitud 7,3), el de 2010 en el centro-sur (8,8), el de Iquique en 2014 (8,2) y el de Illapel en 2015 (8,3), entre otros.
Sin embargo, lo que preocupa particularmente a los expertos es que, a diferencia de los grandes terremotos generados frente a la costa por la subducción de la placa de Nazca bajo la Sudamericana, la falla de San Ramón es una falla cortical, ubicada directamente bajo zonas densamente pobladas. Estudios recientes indican que esta falla podría generar sismos de hasta 7,5 grados de magnitud, con consecuencias devastadoras para la infraestructura de Santiago, especialmente en comunas como La Reina, Peñalolén, Las Condes y Ñuñoa.