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Jueves 17 de Abril de 2025
Tiene como objetivo alargar la vida útil de los productos cárnicos, con el fin de que la exportación de éstos tenga un mayor tiempo a la hora de llegar a sus destinos.
Gel-X, la tecnología de los investigadores de la Facultad de Medicina, Javier Enrione y Paulo Díaz, se transformó en el nuevo spin-off de la Universidad; una empresa que inicia el camino fuera del laboratorio de la mano de Agrosuper.
Con el apoyo de Innovación UANDES, que acompañó a los investigadores durante todo el proceso, se creo el quinto spin-off; el que tiene el objetivo de alargar la vida útil de los productos cárnicos, con el fin de que la exportación de éstos tenga un mayor tiempo a la hora de llegar a sus destinos.
Gel-X es un biomaterial, producido con los desechos de la piel del salmón, la que es sometida a un tratamiento en la cual se obtiene un hidrogel que actúa como base. A ésta se le aplican modificaciones específicas que buscan otorgarle las propiedades necesarias para su fin.
Anil Sadarangani, Director de Innovación, dijo que “este nuevo spin off de la Universidad de los Andes viene a reflejar el trabajo que se ha hecho con los investigadores desde hace más de una década fortalecido con los fondos públicos de Corfo y ANID y la confianza que tienen nuestros inversionistas privados para poder escalar desde el laboratorio a condiciones de mercado”.
Javier Enrione, investigador de Gel-X y Vicerrector de Investigación, afirmó que este spin-off es el resultado de un largo proceso de investigación y desarrollo, que comenzó con una etapa de investigación fundamental, seguida por un trabajo enfocado en ciencia aplicada, y que culminó con un desarrollo tecnológico, adaptando la tecnología para su implementación en plantas productivas.
“Todo este proceso requirió una importante dedicación académica, incluso dentro de las propias empresas. Estamos muy contentos de que este desarrollo finalmente pueda ser transferido y generar un impacto positivo en un sector significativo de la economía de nuestro país. Quisiera destacar especialmente el apoyo y acompañamiento del equipo de la Dirección de Innovación durante todo este proceso”, dijo Enrione.
Paulo Díaz, investigador de la Facultad de Medicina, señaló que “agradezco a la Universidad y a la Dirección de Innovación por haber confiado en este proyecto desde las etapas más tempranas, cuando el riesgo tecnológico era muy alto. La transición desde el mesón del laboratorio a la línea de procesos no es trivial, y ha requerido la participación de muchas personas. Ha sido un proceso muy desafiante, pero lleno de aprendizajes”.