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Martes 21 de Abril de 2020
Los químicos que se rocían al interior de estas instalaciones cuentan con autorización sanitaria, pero para uso en superficies inanimadas y no sobre personas, lo que puede generar reacciones adversas.
En medio de la emergencia sanitaria, y como una forma de combatir la propagación del coronavirus, varias comunas del país han instalado túneles de desinfección al ingreso de lugares de alta concentración de público. Así, en las últimas semanas, estas cabinas sanitizantes se han visto en la Vega Central, en algunos accesos del metro y de consultorios.
La medida apareció primero en ciudades chinas y luego fue replicándose en otras urbes asiáticas y europeas. Este mes se estrenó en diferentes puntos de América, al tiempo que la pandemia se extendía por el planeta.
Sin embargo, expertos y organizaciones sanitarias han comenzado a cuestionar la utilidad de esta práctica y, sobre todo, su seguridad.
Nicolás Valdés, epidemiólogo ambiental y académico de la Facultad de Enfermería y Obstetricia de la Universidad de los Andes, señala que “según su concentración, pueden generar daño epitelial, irritación de las mucosas, ojos rojos, dolor de cabeza… síntomas que incluso pueden confundirse con covid-19 y llevar a la persona a consultar”.
Además agrega como no existen datos suficientes sobre si la cantidad de desinfectante rociada en estas cabinas sea suficiente para matar el virus, “no creo que sea mayor el beneficio que el potencial riesgo de usarlo”, indica el académico.