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Viernes 24 de Abril de 2020
La Directora de Estudios de Educación de Párvulos Bernardita Fuentes y la académica de la Facultad de Educación Karin Roa -ambas de la UANDES- comentan en entrevista en el diario La Segunda los efectos que la suspensión de clases tendrá especialmente en los alumnos de primero básico y primer año de universidad.
La suspensión de clases debido a la pandemia causada por el COVID-19 ha afectado de forma especial a los niños de primero básico y alumnos de primer año de universidad, quienes alcanzaron a tener solo dos semanas de esta nueva experiencia de clases y luego debieron quedarse en sus casas. La Directora de Estudios de Educación de Párvulos de la Universidad de los Andes Bernardita Fuentes, explica que los niños de primero básico se han visto afectados por la suspensión de clases de forma particular. “Es posible que estén más irritables porque han perdido su rutina habitual, sus horarios y actividades. Esto lo procesarán de a poco y es importante que los adultos cercanos los ayuden a verbalizar lo que les pasa, empatizando con el sentir de los niños. Las sensaciones que vayan teniendo los niños pequeños están muy relacionadas con las expectativas de los adultos que los rodean, y por tanto, también está en sus manos bajar la ansiedad y mirar la contingencia no con sentimientos de derrota, sino con actitud de adaptación”, explica.
Por otro lado, los estudiantes que empezaron su primer año de estudios superiores también han sido impactados de forma especial. “Puede provocar mucha interferencia emocional en los alumnos, porque, aunque tengan las condiciones técnicas y materiales para llevarlas a cabo, es educación on line no escogida, obligatoria por confinamiento sanitario. Y eso puede producir miedo y estrés”, dice la académica de la Facultad de Educación de la UANDES Karin Roa.