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Jueves 15 de Octubre de 2020
El académico de la Facultad de Medicina e investigador de Cells for Cells relata cómo se han sabido adaptar a la crisis sanitaria, los límites de la ciencia y la revalorización de esta.
Su realismo no le quita el optimismo. El biólogo y doctor en Ingeniería se hace cargo del inmenso daño de la pandemia, pero es capaz de destacar algunos aspectos positivos. Los investigadores han experimentado los límites de la ciencia, pero se han revalorizado aspectos más olvidados del quehacer de quienes, en último término, buscan la verdad. “El tema científico ha estado en primera plana y ha permitido visualizar los grandes problemas que la ciencia busca solucionar día a día”, comenta el investigador de Cells for Cells.
Acostumbrado a ver cómo los procesos de la investigación aplicada se demoran de 12 a 15 años, ve con buenos ojos los esfuerzos mancomunados de investigadores, gobiernos, ONG, empresas y laboratorios que permitirían tener la vacuna contra el Covid-19 en tiempo récord. “Cuando lo que se busca es la protección de la población es notable apreciar lo rápido de los avances”, destaca el académico de la Facultad de Medicina UANDES.
Inmerso en un proyecto de ingeniería de tejidos que permitirá la automatización de procesos para generar prótesis, otro que buscará restaurar las lesiones de cartílagos, y un tercero sobre el desarrollo de una biotinta 3D de alta resolución en base a gelatina de salmón, Juan Pablo tuvo que reorganizar su trabajo para que las distintas iniciativas no se detuvieran.
La mayoría de los integrantes de su equipo han estado con teletrabajo, uno debió acudir a los laboratorios para realizar las labores indispensables, y otro de los investigadores trasladó durante la cuarentena el laboratorio a su casa para seguir con los procesos. Para no detener los proyectos, reorganizaron sus tareas y trabajaron en generar más relaciones con empresas e investigadores e hicieron gestiones para conseguir posibles inversionistas para sus proyectos.
“Se pensaba que las pandemias virales se habían superado, nadie visualizaba que algo así podía ser posible y todos, los científicos también, nos dimos cuenta de que estábamos en un equilibrio muy frágil”, comenta sobre los efectos de la pandemia. Para estudiar este nuevo virus ha sido necesario recurrir a la ciencia básica, la que ha sido revalorizada “porque nos dimos cuenta de que aún hay muchas cosas que desconocemos de la naturaleza y hay fenómenos que no logramos controlar”, concluye Acevedo.
Sobre el frágil equilibrio en que nos encontrábamos antes de la pandemia, comenta que “esta crisis sanitaria ha puesto en jaque, no solo a la ciencia, sino a la sociedad, la tecnología y los ecosistemas. Tenemos la oportunidad de volver a ver la realidad de una forma más global, despertar de la rutina y sacar un provecho importante”.
La carrera por desarrollar la vacuna “está permitiendo visibilizar más el proceso científico detrás de los medicamentos, y se ha hecho más evidente que las soluciones médicas vienen precedidas de un proceso de investigación, el que ojalá se acelere”, destaca el biólogo y doctor en Ingeniería. El investigador de la Facultad de Medicina plantea que esta pandemia nos ha vuelto a todos más conscientes de la importancia de la ciencia, y es optimista respecto al futuro. “Espero que como sociedad le vayamos dando más espacio a la ciencia, que vaya más allá del ámbito académico-universitario, ojalá se produzca un efecto catalizador para impulsar más el desarrollo de la ciencia e innovación en Chile”, concluye.