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Lunes 28 de Diciembre de 2020
Para mantener vivas las “contadas” durante la pandemia, la Dirección de Extensión y La CasaCuento desarrollaron dos talleres de herramientas digitales, que permitieron seguir llevando los cuentos a sus públicos vía remota.
“Con la pandemia se cerraron los espacios físicos para que las cuentacuentos realizaran sus ‘contadas’, pero es ahí donde las herramientas digitales se hacen presentes para que esta antigua tradición popular no se pierda, sino más bien se vitalice y se enriquezca con las nuevas tecnologías”, explica Óscar Mancilla, coordinador de la Dirección de Extensión UANDES y profesor del taller de herramientas digitales.
A través de una alianza con La CasaCuento -agrupación dirigida por Elena García-Huidobro, profesora de los talleres de Narración Oral UANDES durante los últimos cinco años-, se desarrollaron dos talleres para aprender a aplicar las nuevas tecnologías a la narración de historias, uno en formato video y el otro en formato audio, tipo podcast, con el objetivo de dar continuidad a las presentaciones vía remota. Fueron 20 alumnas en total las que aprendieron a utilizar aplicaciones digitales, como sus celulares o computador, para seguir llegando a sus auditores, muchas veces vulnerables, en hogares de ancianos, colegios y escuelas públicas, bibliotecas, centros de salud y otros.
“Estas instancias, presenciales o virtuales, aportan valores estéticos y emocionales a quien los escucha, acerca a los niños a una lectura temprana e interés por la literatura, pero también se ha redescubierto como un espacio de contención y entretenimiento mucho más transversal, que no se agota en la infancia, sino en jóvenes y adultos”, asegura Óscar. Por lo mismo, destaca “la perseverancia de cada una por querer aprender y transmitir, a través de los nuevos medios, el valor de contar un cuento a otra persona y, sobre todo, el compromiso por continuar con la tradición de los cuentacuentos, promoviendo la lectura, la imaginación y la creatividad”.
Sesiones de trabajo
La metodología de trabajo para ambos talleres, de tres sesiones cada uno, fue práctica en todo momento. Primero se enseñaron las herramientas con las que se trabajaría y luego, en la semana, se ponían en práctica a través de tareas de grabación de audios o videos. Estos productos iniciales se iban mejorando a medida que avanzaba el taller, con la finalidad de que se entendiera que existen procesos de grabación, montaje, búsqueda de locaciones y encuadres, pruebas de audio y preparación del “estudio” de grabación casero.
“Por ejemplo, en el grupo de video, las hicimos ponerse en los zapatos de una directora, de montajista, de directoras de arte y fotografía, escenógrafas, guionistas, productoras de campo, etc., para dar a entender que el trabajo audiovisual no es un apretar Rec y ya, sino un trabajo seriado, que antes de grabar había que pasar por varios pasos”, explica Óscar. En el trabajo del taller de audio, por otra parte, se buscaba dar a entender que, a pesar de no contar con un equipo de grabación, sí es posible realizar grabaciones a nivel semi profesional, que se pueden enriquecer con ambientaciones, música y sonidos de fondo.
Aquí puede acceder a diferentes cuentacuentos elaborados por las alumnas del taller de herramientas digitales.