Patio de los Ciruelos
Lugares de encuentro (invierno y primavera)
A un costado del camino que lleva desde la Plaza Central hacia el Patio de los Ciruelos se encuentran pequeñas plantas de raíz bulbosa y de rizomas, que aportan flor y aroma al recorrido en invierno.
El Patio de los Ciruelos, ubicado en el costado sur del edificio Biblioteca, se destaca por su abundante floración rosada durante agosto.
Ciruelo de flor, Prunus sanguíneo
De follaje acintado y flores color celeste sobre pequeños tallos, que aparecen inmediatamente después de realizada la poda total en abril. Florece siempre en invierno, entre abril y septiembre. Una vez terminada la floración se puede sacar y dividir en varias partes y volver a plantar.
Arbusto de 1mt de alto y ancho, pierde su follaje en otoño y su época más vistosa es durante el invierno, cuando destaca entre los otros arbustos por sus tallos color burdeo y sin hojas. En octubre presenta flores de cuatro pétalos de color amarillo pálido, atractivas para los insectos.
Arbusto de tamaño medio y bajo, pierde totalmente su follaje color verde claro durante el tiempo frío. En agosto llama la atención con sus ramas largas y colgantes, llenas de pequeñas flores blancas, que marcan el inicio de la primavera junto a los ciruelos de flor.
Son Narcisos y bulbosas que parecen todos los años, atravesando la capa dura de tierra para aportar flor y aroma a contar de junio y durante los meses de invierno. Muy rústicos, una vez plantados en el lugar se reproducen hacia los costados, aumentando la cantidad de bulbos y flores cada año. De cada bulbo salen varias hojas y una sola flor, muy aromática y de color blanco o amarillo.
Su característica distintiva es que el injerto se encuentra en la parte alta del tronco. Desde allí se ramifica hacia los costados formando una gran copa horizontal, que cumple la función de quitasol y aporta sombra al lugar de estar. El follaje color burdeos aparece posterior a la floración.
No se debe podar en otoño e invierno para no eliminar las maravillosas ramas que dan flor y marcan el inicio de la primavera. Una vez terminada la floración se deben podar las ramas crecidas verticalmente, para mantener la forma similar a un quitasol.