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Jueves 1 de Octubre de 2020
La crisis sanitaria ha puesto en evidencia y ha acelerado un proceso de evolución que ya había comenzado con el avance de la tecnología.
Hoy, y especialmente durante la crisis sanitaria, la tecnología se ha integrado como una herramienta central en la educación superior, surgiendo nuevos desafíos de cara al futuro y al lugar de trabajo del mañana. Las universidades y las empresas se han debido enfrentar a diversos cambios debido a la pandemia que ha afectado a todo el mundo durante 2020, y la relación entre ambos tipos de entidades se ha transformado.
Melissa Loble, Gerente Corporativa de Experiencia de Clientes de Instructure, Estados Unidos, y Georgeanne Barceló, Gerente Corporativa de Personas del Grupo BUPA Chile, moderadas por Juan Nagel, Director de Desarrollo Docente UANDES, abordaron este escenario en el DiálogoxChile “La innovación en el aprendizaje y el lugar de trabajo del futuro: lecciones de 2020”, organizado por la Universidad de los Andes.
“Estamos acá para hablar de la intersección entre la educación superior y el lugar de trabajo. Sobre todo, porque hemos visto cambios este año en el mundo”, aseguró Melissa Loble, quien se ha dedicado por 20 años al mundo de la tecnología educativa. Dice que estos cambios no solo son inevitables, sino que también son el camino hacia el futuro. “Es importante cómo podemos aprovecharlos como oportunidad para tener un trabajo en conjunto y adaptarnos tanto en la educación como en el mundo laboral”, señaló la norteamericana.
Melissa, cuya misión en Instructure radica en generar entornos de aprendizaje altamente motivadores y eficaces para las comunidades, presentó algunos de los cambios más relevantes que se están dando en el ámbito de la educación. Asegura que existe un foco cada vez mayor en el aprendizaje como individuo, en donde es importante generar una experiencia personalizada; y destacó la necesidad de un equilibro entre la protección de los datos y el uso de aquellos relacionados a la educación, de manera de resguardar la accesibilidad, privacidad y ciberseguridad. En esa línea, la inteligencia artificial, el internet de las cosas, big data y el uso de datos son recursos que, señala, se deben aprovechar para la industria de la educación; y destacó la cuarta revolución industrial como transformación no solo de la forma de trabajar, sino de qué tipo de trabajos se realizan. “Muchas máquinas empezarán a hacer el trabajo humano, por lo que se abren nuevas oportunidades en las que las personas van a desempeñarse”, dijo.
“Tenemos que estar listos para hacer cambios mucho más ágilmente que en el pasado, sobre todo si el lugar de trabajo del futuro también lo hará”, aseguró, y agregó que este proceso no solo requiere entregar educación de manera distinta, sino también mejor, en todos sus formatos: presencial, online o semipresencial. “Los docentes tienen que prepararse”, dijo.
La Gerenta Corporativa de Instructure, empresa que desarrolla la plataforma Canvas, herramienta digital que busca potenciar el aprendizaje de los alumnos en la UANDES, abordó también un escenario del que, aseguró, hay que preocuparse. “A medida que usamos mejor la tecnología, debería ser fácil perder el contacto humano. Hay muchas formas de automatizar, de conectarnos asincrónicamente entre nosotros, y eso nos puede llevar a perder la conectividad entre humanos y cómo aprendemos”, advirtió. “Como comunidades en torno a la educación, tenemos que garantizar y asegurar la conexión humana, de manera de poder evolucionar cuando todos estemos conectados y ver la forma en que se va moldeando el mundo y sus posibilidades”, señaló. “Esto es crítico y esencial para preparar a nuestros alumnos para el futuro”, concluyó.
Por su parte, la Gerenta Corporativa de BUPA Chile, Georgeanne Barceló, abordó el ámbito laboral y la relación del colaborador con la empresa. La abogada y Magíster en Dirección Estratégica y Comportamiento Organizacional explicó que como nunca antes, es primordial el vínculo entre el colaborador y la organización, y que el desafío no es reparar el sistema, sino transformarlo. “Es importante generar puentes y un ecosistema entre las instituciones de educación superior, las empresas y los estudiantes para poner en común aquellas competencias que son más relevantes y que les va a permitir entrar a las empresas y tener éxito. Y que no sientan que sus competencias van a quedar obsoletas”, explicó.
Georgeanne señaló además que hoy las organizaciones también están encargadas de mantener actualizadas a las personas. “Las empresas han empezado a transformarse en una red de transformación social. No solo de empleabilidad, sino también de educación. Los educa para esa empleabilidad”, indicador que señala será clave para el mundo laboral.
La Gerenta Corporativa de BUPA Chile también abordó la transformación que ha experimentado la organización del trabajo. “Hoy enfrentamos un cambio drástico en donde las jerarquías han pasado a redes”, explicó sobre la necesidad de trabajar en equipos multidisciplinarios y de forma remota. “Es un trabajo entre humanos e inteligencia artificial”, en un escenario donde hay cuatro generaciones trabajando, con visiones distintas de las jerarquías y del trabajo. “Tenemos que evaluar cómo lo vamos a hacer para insertar dentro de las organizaciones una visión compartida del trabajo”.
Crisis sanitaria
Las panelistas también analizaron la pandemia del covid-19 y si las organizaciones están o no preparadas para lo que viene. “Los establecimientos educacionales todavía están considerando lo que ocurrirá en 2021 y tenemos que aprender de la información 2020 y empezar a implementarlo en el desarrollo de las personas. Todavía no estamos ahí, pero estamos empezando a verlo”, señaló Melissa. Sobre el trabajo remoto al que las organizaciones se han debido sumar de forma inmediata, Georgeanne destaca el desafío del liderazgo. “Esto no está resuelto en el nuevo formato y debemos lograr que sea óptimo a nivel remoto”, aseguró.
Melissa también destacó la disponibilidad para asumir riesgos como una de las principales tareas. “Las instituciones no han reconocido ni han recompensado la toma de riesgos porque está muy expuestos y por la perfección. Hay que experimentar, innovar y fracasar e involucrar a los alumnos en estos experimentos. Aprendamos de ello. Esas organizaciones son las que tendrán más éxito en el futuro”, aseguró. “Como educadores e instituciones de educación superior, tenemos que fomentar el fracaso como una fuente de aprendizaje”, concluyó Juan Nagel, Director de Desarrollo Docente y moderador del panel.