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Martes 1 de Marzo de 2022
Carla Vairetti, de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Aplicadas, trabajó en un programa de inteligencia artificial que prioriza la atención oftalmológica de aquellos pacientes que presenten alguna anomalía.
La académica de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Aplicadas UANDES Carla Vairetti colaboró en el desarrollo un software que utiliza inteligencia artificial (IA) para detectar daños en la retina externa. Se trata del software DeepEye, que se implementará en una plataforma tecnológica online y permitirá analizar las imágenes para la detección temprana de daño en la retina externa, que causa degeneración macular relacionada con la edad, una de las principales enfermedades que generan discapacidad visual y ceguera y que afecta a cerca de un 8,7% de la población mundial.
“Integrar el procesamiento automático de imágenes de la retina adquiridas mediante una tomografía, con la utilización de modelos de clasificación y algoritmos de Machine Learning, constituye una herramienta de alerta temprana y también de priorización de la atención de los pacientes. Con esto se anticipa la atención de quienes presentan alguna anomalía en este ámbito”, detalla Carla.
Este proyecto es parte de la tesis de magíster de Sofia Valdivieso, alumna de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Aplicadas UANDES y es un trabajo colaborativo de los investigadores del Instituto de Sistemas Complejos de Ingeniería (ISCI) Sebastián Maldonado (Universidad de Chile) y Carla Vairetti, de nuestra casa de estudios, y del laboratorio de Enfermedades Autoinmunes Oculares y Sistémicas, liderado por el académico de la Universidad de Chile, Dr. Cristhian Urzúa.
“Con esta tecnología no se requiere de la intervención inicial de un especialista. En cuanto el paciente se realiza las imágenes de diagnóstico, va a saber de forma inmediata si posee un potencial daño en la retina externa -y solo en ese caso- tendrá que visitar al oftalmólogo. La IA no sustituye al personal médico, pero busca ser una herramienta que permita realizar diagnósticos de forma eficiente. Permite reducir horas de atención en pacientes sanos para enfocarse en aquellos con un daño retinal más evidente. Esto es clave, ya que hay una escasez de oftalmólogos expertos en retina en el país, y con largas listas de espera”, explica la académica.