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Viernes 23 de Agosto de 2019
Dentro de las actividades de la celebración mundial de la semana de la lactancia materna y el mes de la matronería se presentaron diversas alternativas de tratamientos y prevención.
¿Qué hacer, si durante la lactancia materna la madre consume fármacos, drogas o alcohol? Esta importante interrogante fue uno de los temas tratados en el marco de la celebración mundial de la semana de la lactancia materna y el mes de la Matronería, que organizó la Escuela de Obstetricia y Puericultura UANDES y el Servicio de Maternidad y Neonatología del Hospital Parroquial de San Bernardo.
María Paz Santander, docente de la Escuela de Obstetricia y Puericultura UANDES e IBCLC (International Board Certified Lactation Consultant), expuso sobre las directrices en torno a la lactancia y consumo problemático de drogas y cómo trabajar de manera integral en la vinculación de las madres con sus hijos, para propiciar continuidad del tratamiento y proponer un enfoque centrado en la persona.
“La mayoría de los fármacos pasan a la leche materna, pero no lo hacen de una forma significativa que afecten la lactancia. Los especialistas que trabajan con mujeres que amamantan deben tener información actualizada sobre los medicamentos contraindicados en la lactancia, para que no se suspendan innecesariamente o se busquen alternativas farmacológicas en torno a la patología a tratar. Cuando hay un consumo problemático de drogas -que son dañinas tanto para la madre como para el recién nacido- es muy complicado controlar la cantidad ingerida, lo que hace difícil dar una recomendación que no se interponga en la continuación de la lactancia. Las personas que tienen un consumo problemático ven mermadas sus capacidades parentales, con el consecuente aumento del riesgo de negligencia en éstos”, explica la académica UANDES.
“En el caso del alcohol, la concentración en la leche materna es similar a la encontrada en el plasma, con los consiguientes efectos negativos en el lactante. Por eso existen directrices para la suspensión de la lactancia momentáneamente según el peso y gramos de alcohol consumidos. Es muy importante tener en consideración a quién aconsejaremos, si es una paciente que consume de manera aislada, versus alguien que presenta un consumo problemático. En este último caso se sugiere la abstención, realizar un tratamiento interdisciplinario y derivación con un especialista en consumo patológico”, detalla Santander.
En cuanto al tabaquismo, lo más perjudicial del uso del cigarro es que el niño, al ser fumador pasivo, tiene más riesgo de síndrome de muerte súbita o de sufrir infecciones respiratorias. “La recomendación es no consumir tabaco por los daños que produce a la madre y al niño. Si la persona no puede dejar de fumar, es recomendable que lo haga fuera del hogar, sin el hijo presente y en lo posible que se cambie de ropa después de fumar, para que el lactante no tenga contacto con los agentes contaminantes que se quedan en la ropa y en el aire. En cuanto al consumo de marihuana, su principal metabolito se almacena en el tejido graso y está presente en la leche materna hasta ocho veces más que los niveles en el plasma materno. Además, éstos se encuentran en las heces del bebé, lo que indica que absorbe y metaboliza esta sustancia. Aunque existe una heterogeneidad en los estudios de uso de la marihuana y la lactancia materna, el temor de los profesionales va enfocado a que ésta funciona a través de receptores en el cerebro, que son muy importantes para el desarrollo neuronal del niño. La recomendación es abstenerse de consumir marihuana”, comenta María Paz. Y agrega que: “Si una mujer presenta un trastorno por consumo de sustancias, se debe suspender la lactancia materna, por los riesgos asociados a las drogas que pueden afectar al lactante y así, cuando más adelante tengamos una adherencia al tratamiento y certeza del cese del consumo, se puede retomar la lactancia. Es muy importante una derivación oportuna y el manejo integral en torno a ella y a su hijo”.