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Lunes 15 de Febrero de 2021
Un total de treinta y dos selecciones nacionales de cinco confederaciones continentales compitieron por el título mundial, entre ellas la chilena.
El Dr. Diego Amenábar, traumatólogo y académico de la Escuela de Medicina de la Universidad de los Andes, fue el encargado del área médica de la Selección Nacional de Balonmano durante el mundial de esta disciplina que se realizó entre el 13 y 31 de enero pasados en Egipto.
El principal rol del académico, en conjunto con el kinesiólogo Rodolfo Hidalgo, fue evaluar a los deportistas a lo largo del evento, desde las lesiones propias del deporte a cualquier otra molestia que tuvieran. Además, le tocó coordinar junto a la organización las medidas de prevención de contagio por coronavirus y los testeos organizados para mantener la burbuja sanitaria.
El Dr. Amenábar cuenta que este mundial “fue diferente a eventos previos. No es fácil organizar un evento deportivo como un mundial en pandemia. Fue necesario aislar a todos los participantes del mundial, y estábamos encerrados casi todo el día en el hotel. Además, nos hacían PCR todos los días para evitar contagios”.
El académico relata que en un evento como este la interacción es permanente y se pasa a ser uno más del grupo “donde se comparte desde el desayuno hasta el final del día, los traslados, los entrenamientos, las derrotas y las victorias”.