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Martes 8 de Marzo de 2022
Sergio Quijada, director del Magíster en Simulación, lideró dos talleres que tuvieron a padres, hijos y abuelos como alumnos.
“He sido profesor de técnicas de simulación durante los últimos 20 años, tengo un doctorado en modelación y simulación y a través de los cursos de simulación para adultos profesionales que he realizado en plataformas online (por la pandemia), pude constatar que, de un curso de 40 alumnos, siempre habían 3 o 4 adultos alumnos que desarrollaban los problemas de simulación más rápido, más exacto y con mayor excelencia de modelamiento. Usualmente esos 3 o 4 alumnos (papás o mamás) tenían al lado una cabecita que se veía y decía “mamá eso se hace de esta forma”. Un día le pedí a los 4 alumnos si podían presentar a sus hijos que le estaban ayudando y con gran sorpresa, evidencié que tenían entre 9 y 13 años. Ahí nació el concepto de Educación Intergeneracional con Simulación. Pasado unos meses, invité a los mismos papás, mamás y abuelitos a participar en el primer curso online con simulación”, explica el director del Diplomado en Simulación de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Aplicadas Sergio Quijada.
Este año, el académico invitó a alumnos de Ingeniería Industrial de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Aplicadas de la Universidad de los Andes y a los tres mejores niños alumnos del primer curso, con autorización de sus padres, y organizó las clases de un taller de simulación con un adulto y un profesor niño. “Iniciamos el curso con 77 computadores conectado a la plataforma online, con el Programa Pathfinder, donde teníamos más de 100 papás, mamás, niños y abuelitos. Pudimos evidenciar que el mejor profesor no fui yo, ni mis alumnos de ingeniería, sino un profesor de 11 años, que era el más claro y simple para explicar las diferentes técnicas de simulación y programación. No solo los niños se potencian como receptores juntos a su familia, sino que se transforman, muchos de ellos, en los mejores emisores y comunicadores de conocimientos”, detalla el docente.
En este campamento de simulación los niños y adultos aprenden a resolver problemas complejos de la vida real, a través de un enfoque constructivista, utilizando la simulación digital. Esto hace que los niños logren tempranamente niveles de cognición, que debieran aportar en forma significativa para su proceso educacional y laboral. “Por otro lado, el papá, mamá o abuelito, incorpora nuevas habilidades con el apoyo de su hijo o nieto, ampliando sus posibilidades laborales. Creo que la Educación Intergeneracional con Simulación es un nuevo paradigma educacional, que puede impactar en forma estructural en el desarrollo productivo, social, tecnológico y principalmente afectivo en los niños y adultos de nuestras comunidades, logrando mejores posibilidades en el futuro para ellos, y todo lo anterior, en un contexto de familia”, comenta el académico.