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Martes 18 de Enero de 2022
En el marco del Claustro de Profesores 2022 el filósofo y profesor de la Facultad de Filosofía y Humanidades reflexionó sobre la libertad de enseñanza, las amenazas que se ciernen sobre el trabajo científico y los desafíos que impone ser una Universidad con ideario.
Académicos y autoridades de todas las carreras se reunieron en el Claustro de Profesores que se desarrolla tradicionalmente en enero. En esta oportunidad, el tema central del encuentro fue “El desarrollo de nuestra racionalidad crítica” y el filósofo y profesor del Instituto de Filosofía, Alejandro Vigo, dictó la conferencia “La Universidad en la encrucijada entre la ciencia y la visión del mundo”.
El académico -Doctor en Filosofía por la Universidad de Heidelberg (Alemania)- señaló que “un ideario tiene una función orientativa fundamental e irrenunciable, justamente, en la medida en que articula el modo de autocomprensión que está intrínsecamente conectado con la propia identidad (…) Un ideario cumple una función orientativa fundamental, que nos permite estar en claro acerca de qué es lo que estamos haciendo cuando hacemos lo que hacemos, y qué es lo que en definitiva queremos hacer y estamos llamados a hacer”. Y agregó que “renunciar a lo que alimenta desde la raíz un proyecto educativo, cultural o científico, o lo que fuera, significa desconocer la propia identidad y resignarse, por tanto, a carecer de razones para justificar qué es lo que se quiere hacer y a qué apuntan los esfuerzos que se emprende. (…) El verdadero respeto se logra siempre desde la propia identidad, y no negándola. Sólo quienes se respetan a sí mismos pueden ofrecer el debido respeto también a quienes se comprenden a sí mismos de un modo que puede ser muy diferente, e incluso polarmente opuesto en determinados aspectos. Sólo en un contexto de respeto de sí mismo y también de los demás se abre un espacio en el cual puede tener lugar tal vez un verdadero encuentro”.
En esta oportunidad, la directora de Desarrollo Docente, profesora María Sara Rodríguez, presentó los fundamentos del nuevo Plan de Formación para Profesores, documento que guía las instancias de formación, siguiendo las líneas del Ideario de la Universidad. La académica señaló que “son muchas las tareas que nos requieren. Pero el contexto nos exige más de lo que querríamos o nos sentiríamos capaces de dar”, y luego explicó el porqué de un plan de formación.
“La Universidad de los Andes tiene como misión: ‘Profundizar en el conocimiento de todos los ámbitos del saber y contribuir a la formación integral de sus estudiantes. Quiere promover el diálogo académico, el trabajo bien hecho y el afán de servicio a la sociedad. Anhela irradiar un modo de vida coherente con las enseñanzas de la Iglesia católica’. Estas sencillas fórmulas que compartimos con muchas instituciones en Chile y el mundo entero forman el meollo de lo que nos mueve. Vemos en ellas un llamado que no pierde actualidad. Comprendemos que una pieza fundamental para el cumplimiento de esta misión somos nosotros, los profesores quienes debemos sostener el “diálogo académico”(…). La Universidad no se realiza sin nosotros. Esto es un desafío y un aliciente permanente. Nunca nos podremos quedar tranquilos con las preguntas de los jóvenes que continúan llegando a la universidad”, indicó María Sara Rodríguez.
El nuevo plan de formación aborda aspectos pedagógicos y tecnológicos, y también abre nuevas oportunidades en el ámbito de la filosofía y una nueva línea en teología. Actualmente el documento se está compartiendo con las carreras para recibir sugerencias e ideas.
El vicerrector académico de la Universidad, José Miguel Simian, agradeció el trabajo realizado en 2021, destacó el esfuerzo para realizar las clases en todos los formatos virtuales, híbridos y presenciales, que fueron todo un desafío. A pesar de las dificultades, la Universidad cerró un año con varios logros, señaló el vicerrector, por ejemplo, en términos de la investigación y de la innovación la Universidad se adjudicó un número importante de proyectos Fondecyt (regular y de iniciación). Destacó la adjudicación del proyecto Impact, orientado a la implementación de terapias celulares, en el contexto del financiamiento para Centros Basales, y también a las profesoras Pelusa Orellana y Carolina Melo por su trabajo en el proyecto Dialect y la obtención del premio Avonni. Se publicaron más de 400 artículos en revistas científicas y se acreditaron dos programas de Doctorado.
José Miguel Simian también se refirió a la implementación del Reglamento de Profesores durante 2021, “se espera que la mayoría de los profesores esté en la carrera académica y es para los que rigen los plazos de promoción. Pero se contempla también que las facultades cuenten con algunos pocos profesores con jornada fuera de la carrera. Por otro lado, el proceso de promoción solo considera el paso de profesores a las categorías de Profesor Asociado Ordinario o Extraordinario y a Profesor Titular Ordinario o Extraordinario, ya que los consideramos de crucial importancia de cara a la excelencia del proyecto de la Universidad. Los demás nombramientos se realizan directamente por las unidades académicas”.
Al finalizar el encuentro, la rectora subrogante de la Universidad de los Andes, Cristina Errázuriz, explicó que el Claustro de Profesores está en la agenda perpetua de la Universidad, llamada así porque recuerda los eventos que se repiten anualmente y que están pensados para perdurar. Luego, reflexionó en torno a los dos años de pandemia que han permitido descubrir “cómo aprovechar las nuevas modalidades de enseñanza, la incorporación de tecnologías y de las múltiples oportunidades que hoy brindan plataformas colaborativas y programas como COIL para la internacionalización, así como el inmenso campo que se nos abre para contar con estudiantes de distintas regiones del país en nuestros diplomados y postgrados en modalidad híbrida, con módulos online y otros presenciales”.
Finalmente, indicó que se reconoce en la presencialidad un aspecto fundamental de la experiencia de aprendizaje en la Universidad. “En ella existe la posibilidad de compartir en un plano más humano, donde los gestos, las expresiones y las miradas tienen mayor significado. La presencialidad va más allá de las clases, es la oportunidad del intercambio aparentemente casual de opiniones, es un ‘ver hacer’ las cosas bien, es aprender con el ejemplo un modo de desenvolverse. Estos aspectos también son claves para la formación”.