Suscríbete a nuestro Newsletter
y mantente informado de todo
Martes 22 de Agosto de 2023
Las enfermeras han podido realizar atenciones en el “Tigoni Distric Hospital” y un hogar de niños, entre otras cosas.
Isidora Kaplan, Josefina Pozo, Anne Marie Teuber, Natalia Villarroel y Jacinta Vial, todas alumni de Enfermería ´22 se encuentran en Nairobi, Kenya (África) realizando un voluntariado en el “Tigoni Distric Hospital”, en Limuru.
“Este hospital cuenta con distintas áreas, tanto como medicina general adulto y pediatría, maternidad, urgencias, pabellón y consultas ambulatorias. Nosotras hemos estado aquí durante 8 semanas y vamos rotando en cada una de ellas. Como enfermeras hemos aportado en todo lo que es realizar curaciones a los pacientes, administrar medicamentos, acompañar a las madres durante el trabajo de parto y luego hacernos cargo del recién nacido, aseo y confort de los pacientes, toma de signos vitales, vacunación, asistencia durante cesáreas, entre otras”, cuenta Jacinta Vial.
La alumni cuenta que también realizaron durante tres semanas acompañamiento en un hogar de niños llamado Makimei, en donde hicieron controles de salud a los niños y activaron un plan de acción atingente, “aterrizado y realista” según el contexto en el que viven.
“Ha sido una tremenda experiencia, enriquecedora tanto en el ámbito personal como en el profesional. Hemos podido empoderarnos en nuestro rol de enfermeras, dándonos cuenta de todo lo que somos capaces de hacer y cómo nos hemos logrado adaptar a las distintas situaciones que hemos vivido y a lo distinto que se realiza todo aquí en comparación con Chile. En relación a lo último, está experiencia nos ha abierto los ojos y nos ha hecho agradecer a diario todo lo que tenemos en nuestro país”, señala Jacinta.
La alumni cuenta que su rutina comienza temprano. A las 9:30 ya están en el hospital donde se dividen según las rotaciones establecidas. Comenta que “los días en cada lugar siempre son variados. A veces con muchos partos y otras veces ninguno. A veces las curaciones se complican y requieren más tiempo de lo habitual o a veces no. Hay días que llegan menos pacientes que de costumbre a las consultas, entre otras cosas. Siempre terminamos alrededor de las 15:00 hrs., aprovechamos cuando se puede de comer unos ricos “mandazis” (snack típico de acá) en un local cerca del hospital y regresamos a la casa. Compartimos con el resto de los voluntarios que son de todos los países y con los niños que viven alrededor, haciendo juegos con ellos. Cerca de las 19:00 hrs. comemos y luego a dormir para recargar energías”.
Por otro lado, cuenta que han sido muy bien recibidas por la comunidad local y resumen su aprendizaje como un “entendimiento que todos los países y culturas funcionan distinto, algunos más parecidos que otros evidentemente, pero, al fin y al cabo, hay que saber adaptarse de la mejor manera posible aceptando otros puntos de vista y al mismo tiempo, encontrando la forma de dar el nuestro, sin pasar a llevar al otro. Por otro lado, este viaje/voluntariado nos ha demostrado un gran aprendizaje en lo que implica una convivencia sana fuera de nuestro país, entre cinco amigas por 3 meses, como también la convivencia con distintos voluntarios de otros paíse en donde la comunicación es un desafío. Por último, pero no menos importante, hemos aprendido un poco de Swahili”, concluye Jacinta.