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Lunes 10 de Mayo de 2021
A días de las elecciones de convencionales constituyentes, el organismo llevó a cabo los encuentros "¿Qué debe proponerse un texto constitucional?" y "Los derechos de la Constitución".
El proyecto “Nueva Cultura” de la Universidad de los Andes busca formar intelectuales sólidos, que sean líderes políticos y sociales, y que al mismo tiempo estén preparados como comunicadores. A su vez, ellos deben ser capaces de formar a otros tantos en la misma línea, y su preocupación por el espacio público debe moverlos a difundir las mejores ideas en todos los ámbitos de la vida nacional.
En el contexto de Nueva Cultura, la Asociación de Amigos de la UANDES organizó el encuentro “¿Qué debe proponerse un texto constitucional?”. El conversatorio, realizado vía online el 29 de abril, contó con el apoyo de la Facultad de Filosofía y Humanidades, y la participación del decano de la Facultad de Derecho, José Ignacio Martínez, y el director del Centro de Estudios de Investigación Social SIGNOS UANDES, Daniel Mansuy, quienes conversaron sobre la nueva Carta Magna que se redactará en Chile, respondiendo tanto a preguntas simples como complejas. El encuentro fue moderado por Francisca Echeverría, investigadora de SIGNOS.
Ambos académicos coincidieron en que existen grandes expectativas sobre la convención que estará a cargo de desarrollar la nueva Constitución, pero que, al ser un proceso largo, muchas veces la impaciencia puede generar una mayor frustración.
“Las constituciones son instituciones jurídico-políticas que tienen un objetivo bien preciso –limitar el poder por medio del Derecho–, de manera tal que cifrar expectativas en la Constitución, que vayan más allá de aquello para lo que fue inventada, puede ser el germen de nuevas frustraciones”, aseguró José Ignacio Martínez, doctor en Derecho de la Universidad de Santiago de Compostela, España.
Los expertos también conversaron sobre los contenidos que debieran estar en el nuevo texto constituyente, qué se debiera cambiar o mantener y contestaron preguntas de los asistentes.
“Los derechos de la Constitución”
Las constituciones son un instrumento jurídico y político que busca, a la vez, organizar y limitar el poder. Esos límites estaban dados originalmente por la existencia de ciertos derechos fundamentales que el Estado ni nadie podía transgredir. Ahora bien, ¿sigue siendo válida o al menos suficiente esa concepción? ¿Ha cambiado la comprensión de los derechos, de modo que un texto constitucional actual debería ir más allá de la idea de que los derechos constitucionales son básicamente un límite al poder?
Esas preguntas y otras más se discutieron en un segundo encuentro organizado para personas que aportan a Nueva Cultura, llamado “Los derechos de la Constitución”, que la Asociación de Amigos y la Faculta de Filosofía y Humanidades de la Universidad de los Andes llevaron a cabo el pasado 13 de mayo. La iniciativa fue moderada por el académico del Instituto de Filosofía de la UANDES, Joaquín García-Huidobro.
En el acto intervinieron los académicos Soledad Bertelsen, Doctora en Derecho por la Universidad de Notre Dame y profesora de Derecho Constitucional de la Universidad de los Andes, y Matías Petersen, Doctor en Economía Política del King’s College de Londres e investigador del Centro Signos UANDES. Entre otras materias, reflexionaron respecto a cuántos derechos debiera tener la nueva Carta Magna.
Según Bertelsen, “da la impresión de que quienes dicen ´una constitución del siglo XXI no puede no incorporar nuevos derechos´, especialmente derechos sociales, parecen dar por sentado que, con respecto a los otros derechos –los clásicos, conocidos como derechos civiles y políticos–, ya no existe riesgo de que alguien los pase a llevar, los viole. Sin embargo, ese riesgo lo vivimos constantemente”.
Por su parte, Matías Petersen aseguró que “la reflexión sobre lo que debe contener una constitución debe contener aspectos técnicos y filosóficos. Los derechos, las normas de control de los procesos legislativos y las normas que pueden modificar una constitución son siempre interpretables desde distintas tradiciones y pensamientos. Entonces, en ese sentido, hay que ver cómo se va dando la discusión en la convención y qué tradiciones convergen ahí”.
Además, se concluyó que las universidades tienen un papel para profundizar en ideas que los políticos no pueden desarrollar, ya que “no pueden ser expertos en todo”; ellas son “espacios para pensar con calma”, que pueden prestar una especial contribución al país en estos momentos.
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