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Viernes 20 de Diciembre de 2019
Yasna Palmeiro, académica de la Facultad de Enfermería y Obstetricia, indica que los que sufren más riesgos por los cambios de temperatura son los niños, adultos mayores, embarazadas y personas que trabajan al aire libre.
Es una realidad que no se puede discutir, el cambio climático está afectando la salud de las personas a través de varias vías, la principal de ellas y quizás la más evidente, es el aumento de las temperaturas, lo que se ve reflejado en días de calor extremo u olas de calor. Por otra parte, el cambio climático está modificando elementos de la naturaleza que finalmente terminan afectando a las personas, como lo son las sequías e inundaciones.
Yasna Palmeiro, académica de la Facultad de Enfermería y Obstetricia de la Universidad de los Andes, que actualmente se encuentra investigando acerca de estos efectos en el bienestar de las personas, en la University College London (UCL), indica que “debemos proteger la vida de quienes están por nacer y trabajar para que vivan en un mundo mejor y en un medioambiente que no ponga en riesgo su salud. Debemos trabajar en planes para descontaminar las ciudades de nuestro país, así los niños y niñas que nazcan hoy podrán vivir en ciudades más limpias, además, debemos transformarnos a ciudades más inteligentes que promuevan un transporte eficiente y limpio, considerando elementos de transporte activo como lo es la caminata y el uso de la bicicleta”.
Por otro lado, la especialista señala que si no se toman acciones las olas de calor irán en aumento, habrá más inundaciones, tormentas y sequías extremas, es por esto que “en conjunto con The Lancet Countdown hacemos el llamado a que los sistemas de salud deben planificar respuestas que sean capaces de satisfacer las necesidades de la población en casos de calor extremo o incendios forestales. Además, consideramos que debemos velar por la promoción de un transporte público eficiente y limpio, que de facilidades a las personas de dejar el auto en la casa”.
Yasna concluye que es necesario repensar el cómo rediseñar la ciudad a ciudades inteligentes y amigables con las personas, en especial con los niños y los adultos mayores, quienes son un grupo altamente vulnerable al cambio climático.
Finalmente indica que “debemos de pensar en proteger la salud y el bienestar de todos”.