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Jueves 24 de Marzo de 2022
Cristina Gillanders es profesora Asociada en Educación de la Primera Infancia en la Escuela de Educación y Desarrollo Humano de la Universidad de Colorado en Denver y estará en nuestra Universidad por 4 meses realizando actividades de docencia, investigación y vinculación con el medio.
Cristina Gillanders, es venezolana, pero durante su infancia vivió en Argentina – al conversar con ella resalta aún un leve acento trasandino- sus estudios superiores los realizó en Estados Unidos y hoy es profesora Asociada en Educación de la Primera Infancia en la Escuela de Educación y Desarrollo Humano de la Universidad de Colorado en Denver. Ha publicado un sinnúmero de artículos y libros y colaborado en tantos otros. Hoy se encuentra en Chile – y así será por los próximos 4 meses. Recalca que esta estadía en nuestro país es gracias a que ella es una beneficiaria del programa Fulbright. “En la Universidad de los Andes voy a participar en algunas clases de la carrera de Educación de Párvulo y también llevaré a cabo un proyecto de investigación junto a la profesora Francisca Valenzuela en el que estudiaremos acerca del conocimiento alfabético de niños de 4 a 5 años”.
Su línea de investigación se centra en el desarrollo y el aprendizaje de niños de dos idiomas, la alfabetización emergente, las creencias y prácticas de los padres de minorías y las asociaciones entre el hogar y la escuela. En estas líneas ha ahondado en temas asociados, por ejemplo, al desarrollo de la escritura en niños bilingües y cómo preparar a educadores de preescolar para trabajar con estos niños, así como también, estudios sobre cómo los niños bilingües aprenden sobre alfabetización. Por otro lado, también ha invertido tiempo investigando sobre la relación de padres inmigrantes con las escuelas entendiendo que estas no son iguales a las que ellos asistieron; “una vez que entendemos mejor esas diferencias y similitudes entre los padres y los colegios, estos pueden colaborar para alcanzar un objetivo común que es, mejorar la educación de los niños”, afirma la investigadora.
Sin lugar a duda uno de los grandes hitos que han marcado a la educación en estos últimos 2 años es la brecha en el aprendizaje que se ha producido a raíz de la pandemia por COVID-19. Escuelas y jardines infantiles estuvieron cerrados y las clases se trasladaron de las aulas a las pantallas. Cristina comenta que, en Estados Unidos, realizaron un estudio en el que entrevistaron a padres latinos residentes en aquel país para saber cómo estaban funcionando con los niños en casa. “Lo que encontramos es que los profesores enviaban tareas y material para trabajar y, los padres los seguían porque estaban muy interesado en que éstos se prepararán para kínder. De esta manera, los padres crearon una serie de condiciones y de oportunidades para fomentar el aprendizaje. Lo que en un principio hacían para entretener a los niños tenía un gran potencial. Los maestros sin saberlo tuvieron que estar muy en contacto con aquellos padres”, dice Cristina, cosa que a su juicio fue muy positivo. Ahora bien, reconoce también que es necesario un trabajo en equipo para poder tratar de enmendar esta brecha que se produjo en pandemia. La académica asegura que el profesor no solo tiene que pensar en cómo trabajar con los niños, sino más bien, debe también sumar a esta ecuación a los padres y así juntos sacar adelante a los estudiantes.
Para la investigadora ha resultado muy gratificante su labor en el ámbito educacional y para esto deja un consejo a aquellos profesionales que, como ella, quieran desempeñarse en el extranjero o trabajar con niños inmigrantes: “Escuchar, observar y ser muy conscientes de sus propias preconcepciones sobre lo que debe ser. Muchas veces los padres o profesores toman decisiones por motivos a veces desconocidos, por eso es necesario escuchar sin prejuicios”