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Jueves 12 de Diciembre de 2024
La académica de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Aplicadas Carla Vairetti realizó charla magistral donde explicó la revolución de la Inteligencia Artificial para la creación de conocimiento y cómo ésta impactará en la enseñanza del futuro.
“Como indica el Santo Padre Francisco en su reflexión para el foro del G7, la Inteligencia Artificial (IA) es una herramienta fascinante originada a partir del uso del potencial creativo que Dios nos ha dado, pero que nos tiene sumidos en emociones ambivalentes: por una parte, entusiasma por las posibilidades que ofrece; por otra, provoca temor ante las consecuencias que podrían llegar a producirse. Sin embargo, debo advertir que en este debate me considero optimista. La IA está presente en medicina, ayudando a diagnosticar enfermedades de manera más rápida y precisa; en las ciencias sociales, analizando datos para entender comportamientos humanos; e incluso en las artes, creando obras que desafían nuestra percepción de la creatividad. En cada rincón del conocimiento, la IA tiene el potencial de ser una herramienta revolucionaria”, detalló la académica de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Aplicadas de nuestra casa de estudios Carla Vairetti, en el comienzo de la clase magistral que expuso en el Claustro de Profesores 2024.
“Quiero explicar cómo podemos, como académicos de distintas disciplinas, utilizar la IA para crear una universidad más innovadora, interdisciplinaria y preparada para los retos del mañana. He dedicado los últimos 10 años de mi carrera a la investigación e innovación interdisciplinaria basada en la IA, y espero poder convencerlos de su importancia con algunos casos de éxito. Hoy quiero invitarlos a un viaje al futuro de nuestra universidad, un futuro en el que la Inteligencia Artificial no solo está transformando la tecnología, sino también la manera en que investigamos y enseñamos en todas las áreas del conocimiento”, agregó.
La exposición se dividió en tres partes: la historia de la IA, el presente de la IA y las perspectivas sobre el futuro de la IA. “Una de las principales áreas donde la IA ha alcanzado avances notables es la medicina. La IA puede lograr una detección temprana y oportuna de enfermedades, llegando incluso a salvar vidas. Adicionalmente, es posible mejorar la eficiencia de procesos médicos, lo que es clave en Chile dada las largas listas de espera del sector público. Un ejemplo de esto es el proyecto oftalmológico llamado DeepEye. Junto con académicos de la Universidad de Chile, creamos un sistema para detectar de manera temprana daños en la retina, identificando cuando un paciente debe ser atendido por un especialista retinal. El objetivo es reducir las largas listas de espera en consultas oftalmológicas, que actualmente superan las 3,000 personas. Otro ejemplo es nuestro proyecto vigente en ventilación mecánica invasiva para salas de cuidado intensivo, que predice el mejor momento para comenzar la baja de sedación de pacientes y despertarlos. Esto es relevante, ya que prolongar innecesariamente la ventilación mecánica puede aumentar el riesgo de infecciones y lesiones pulmonares, mientras que despertar al paciente prematuramente puede llevar a complicaciones respiratorias y reintubación”, comentó Vairetti.
Otro de los ejemplos que la investigadora de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Aplicadas expuso, fue el llamado Fiscal HeredIA, un trabajo en seguridad pública junto a Fiscalía, SOSAFE, e investigadores de otras universidades. La IA puede leer múltiples reportes policiales de forma automática, permitiendo recopilar y resumir antecedentes de forma eficiente para la investigación penal. Adicionalmente, puede buscar evidencia relevante para diligencias fiscales en reportes ciudadanos, enriqueciendo la data. “Dejando claro que el proyecto no busca incriminar a nadie de forma automática, es un ejemplo de cómo las máquinas pueden procesar texto y facilitar procesos manuales costosos en tiempo, como lo es la investigación fiscal. Si hablamos de impacto tangible, leer 500.000 reportes policiales a una tasa de 2 minutos por reporte, una persona tarda 680 días, mientras que la máquina lo hace en menos de medio día”, detalló.
Si quieres leer la clase magistral completa haz click aquí.