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Martes 26 de Marzo de 2019
El profesor Arturo Basaure, de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Aplicadas, analiza dos problemáticas de esta área. Una, relacionado a la competencia de las futuras plataformas de Internet, y otra, a la futura asignación del espectro readioeléctrico
El Internet de las cosas o también conocido por sus siglas en inglés IoT (Internet of things) es un concepto cada vez más contingente, que hace referencia a la interconexión digital que tienen objetos cotidianos con Internet.
Un ejemplo del avance que se ha realizado en esta materia son las casas domóticas, donde, a través de aplicaciones, las personas son capaces de regular y controlar a distancia la luz y el termostato de sus hogares, entre otros. Futuras aplicaciones abarcan un amplio espectro de soluciones que van desde los autos conectados a sensores en el reloj para posibilitar nuevos servicios de ciudades inteligentes o salud móvil.
Si bien el IoT representa una gran oportunidad de generar nuevas fuentes de bienestar y eficiencia, afirma el académico de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Aplicadas, Arturo Basaure, conlleva varios retos, tanto a nivel tecnológico, como también desde el punto de vista de modelos de negocios y regulación. “Es un área de desarrollo que involucra múltiples industrias y tiene gran relevancia para el futuro”, afirma.
“Además -explica- las aplicaciones de IoT requieren la interacción de varios elementos de naturaleza muy distinta, entre ellos la infraestructura de red que permite acceder a Internet, por ejemplo, a través de tecnologías 5G y las plataformas de data que generan los usuarios y las cosas conectadas a esa red”.
Bajo este contexto, el profesor Basaure realiza un trabajo en cooperación con los proyectos Digital Disruption of Industry (DDI) y LuxTurrim5G de la Universidad Aalto de Finlandia, donde realizó su Doctorado en Ciencias de la Ingeniería, y con quienes intenta analizar cuáles son los más importantes habilitadores de una exitosa adopción de estas aplicaciones y bajo qué condiciones se mantendría un régimen de competencia.
Los resultados de este trabajo fueron presentados en el coloquio de investigación que efectúa semanalmente la Facultad de Ingeniería y Ciencias Aplicadas, que se llevó a cabo el 22 de marzo.
¿En qué consiste este estudio?
Es un estudio especulativo del futuro, y por lo tanto está basado en simulaciones. En concreto, se analizaron dos problemáticas distintas dentro de esta área. La primera tiene relación con la competencia de las futuras plataformas de Internet de las cosas; y la segunda compara distintos regímenes de alocación de espectro radioeléctrico para redes urbanas 5G.
En general, ¿qué resultados se han obtenido?
En términos sencillos, el primer trabajo recalca la necesidad de un mayor nivel de interoperabilidad entre plataformas de IoT; y el segundo trabajo muestra la importancia de asignar el espectro radioeléctrico con esquemas más flexibles, como el propuesto licenciamiento local.
En relación con el tema que actualmente se discute en nuestro país sobre la nueva licitación de 5G, ¿qué recomendaciones prácticas se podrían proponer?
En el caso concreto de Chile, se recomienda cambiar el antiguo esquema de asignación y alocación de espectro radioeléctrico por alternativas más flexibles. Por ejemplo, Alemania lo está haciendo con el 3.5GHz, posibilitando licencias locales e incorporando la oportunidad de reventa de estas licencias. Por el lado de las plataformas, se recalca la necesidad de una mayor cooperación dentro de las empresas de una industria para avanzar en la definición de estándares e interfaces comunes de estas futuras plataformas. Me parece que en estos puntos hemos sido bastante pasivos.