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Lunes 25 de Abril de 2022
La pandemia adelantó el proceso de uso de tecnología en diversos ámbitos como el teletrabajo, home school, máquinas para el hogar, venta en supermercados, entre otras cosas.
El 60% de los puestos de trabajo tienen un tercio de actividades que pueden automatizarse y no más del 5% de todas las ocupaciones se pueden automatizar por completo, según un estudio de la consultora McKinsey. “En Chile uno de los procesos más visibles se ha dado en el retail, en la automatización de las cajas para pagar sin la ayuda de un vendedor. También existe un interesante avance en la minería, donde han tecnologizado muchos procesos e incluso ya existen camiones autónomos que no necesitan de un conductor. En la industria manufacturera también se da ya que tiene muchos procesos repetitivos”, comenta Maximiliano Hurtado, director del Magíster en Dirección de Personas de la Escuela de Administración de Servicios de la Universidad de los Andes.
Este proceso se aceleró con la pandemia, ya que se intensificó el uso de la tecnología en diversos ámbitos, como el teletrabajo, home school, la ayuda de máquinas para el hogar, en la venta en supermercados, entre otras cosas. “El fenómeno de la automatización ocurre porque existen avances tecnológicos que permiten realizar procesos de forma más eficiente. No estamos hablando solamente de robots físicos que hacen el trabajo de las personas, sino que también se automatizan los procesos de negocios mediante softwares que trabajan con inteligencia artificial, que permiten generar algoritmos para resolver cierto tipo de trabajos. Por ejemplo, una tarea que resuelve una persona dando clicks en un sistema puede resolverla un software aprendiendo del comportamiento humano. Con esto se puede ganar calidad, precisión y reducción de costos”, añade el experto.
Los trabajos que son reemplazados por la automatización muchas veces son los más rutinarios y, en contrapartida, los que surgen son más específicos. “Esto puede aumentar la desigualdad dado que las personas que podrían perder su trabajo son las de menor nivel educacional y no tendrían las competencias para ocupar los puestos que se crean. Acá surge la necesidad de que las organizaciones cuenten con programas de capacitación y en cuanto a las políticas públicas es interesante ver las especialidades que se ofrecen en los liceos técnico-profesionales para que se incluya con mayor fuerza la tecnología”, explica el académico UANDES.