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Lunes 12 de Abril de 2021
El Proyecto FONIS, adjudicado por la Universidad de los Andes y ejecutado por Antonia Echeverría, investigadora de la Escuela de Terapia Ocupacional, promete un instrumento de evaluación que podrá ser aplicado desde la atención primaria para detectar los primeros signos de dependencia en personas mayores.
En enero comenzó a implementarse el Proyecto FONIS SA20I0097, “Validación transcultural y estadística al contexto chileno del Cuestionario VIDA, una herramienta para la detección precoz del deterioro funcional y prevención de la dependencia de las personas mayores”, adjudicado por la UANDES en colaboración con el MINSAL, SENAMA y el Centro de Salud Familiar de Bizkaia, España.
Antonia Echeverría, investigadora de la Escuela de Terapia Ocupacional y Directora del proyecto, explicó la importancia e impacto que esta investigación puede significar al país. “Cuando uno ve los costos que implica el cuidado de las personas mayores, cuando éstas dejan de ser autovalentes y empiezan a ser dependientes, toma conciencia de la urgencia e importancia que tenemos como país de aportar desde diferentes perspectivas en la materia. En nuestro caso, este proyecto contribuye con una herramienta de evaluación que detecta los primeros signos de pérdida de la autovalencia, dando paso a la posibilidad de intervenir tempranamente y evitar o retrasar la dependencia lo más posible”.
El creador de esta herramienta y miembro del equipo es Iñaki Martín Lesende, médico de familia del Centro de Salud de Indautxu, en Bilbao y profesor del departamento de Medicina de la Universidad del País Vasco, España. “El Cuestionario VIDA mide la funcionalidad, la cual es clave en las personas mayores, porque es el mejor indicador de salud; más que la comorbilidad. La manera más eficiente de medir la capacidad funcional en personas autovalentes es a través de las actividades de la vida diaria instrumentales (AVDI), porque demuestran la participación y vínculo que tiene esa persona en la comunidad”, explicó.
La iniciativa que promueve la creación del VIDA radica, según su autor, en que existen pocos instrumentos en español que valoren funcionalidad por medio de las AVDI y los existentes no se encuentran validados transcultural ni estadísticamente, lo cual hace que los resultados, tras la aplicación de éstos, sean inexactos. Situación similar a la que vive Chile con la Escala Lawton y Brody y el Cuestionario Pfeffer, que son las herramientas más usadas en los establecimientos asistenciales y comunitarios, según comenta la Directora del Proyecto.
“Como Universidad, tenemos el enorme desafío de aportar con estrategias innovadoras y de bajo costo y este es el caso del VIDA: se administra en 3 a 5 minutos por cualquier profesional del área de la salud. Estas dos características son las que más llaman el interés de la salud pública quien reconoce la necesidad de contar con un instrumento que entregue resultados fidedignos y permita el diseño de políticas públicas efectivas” dice Antonia.
Respecto a la vinculación internacional, Echeverría dijo que “contar con la participación del doctor Iñaki como miembro del equipo de investigación ha permitido un traspaso de experiencias muy enriquecedora y que ha impactado positivamente en el desarrollo del proyecto, en donde tenemos a estudiantes de pregrado involucrados, pero, a su vez, nos ha permitido conocer y aprender más de un país que tiene un proceso de envejecimiento más avanzado que el nuestro y esa oportunidad nos permite anticiparnos desde la experiencia rescatando los logros”.