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Martes 21 de Julio de 2020
Marcela Martínez piensa que quedan algunos meses con la misma intensidad de hoy, pero la necesidad de disponibilidad en intensivo se mantendrá por un largo tiempo, hasta que exista la vacuna.
Llevamos cuatro meses de pandemia y Marcela Martínez, enfermera Jefe Subrogante de la Unidad de Paciente Crítico Adulto de la Clínica Universidad de los Andes, agradece todos los días a su equipo por la gran labor que hacen para combatir el coronavirus.
Para ella, la mayor certeza que hoy existe es que el personal de salud está dando la mayor entrega que se ha dado en años y que la principal estrategia que hoy se puede tener es cuidarlo.
Cuando comenzó a escuchar, a principio de año, que se debían preparar para recibir esta enfermedad, lo veía como algo lejano. Había casos confirmados aislados en Sudamérica, por lo que nunca dimensionó que la necesidad de aumentar el número de camas iba ser algo tan eminente.
“Siempre estuvo en nuestros planes aumentar en intensivo de 6 a 14. Creíamos que era un número suficiente. Actualmente contamos con alrededor de 30 camas para ventilar a los pacientes que lo requieren y 22 en intermedio, un número jamás proyectado, ocupando diversas unidades de la clínica como pabellón, recuperación y pediatría, y todos los días pensando nuevas maneras de mejorar”, cuenta.
Son varios los temores que enfrenta como profesional de la salud, principalmente los que se relacionan con su salud y la de sus compañeros, y es por eso que intenta continuamente recordarles que hoy más que nunca demuestran la gran vocación que tienen. “Son grandes héroes y la gratificación a su esfuerzo es ver que los pacientes se recuperan y se van a sus casas con sus familias. Si el desenlace no es el esperado, está la tranquilidad que se entregó el máximo esfuerzo”.
Asegura que cada turno es una nueva lucha y “al finalizar se ven los rostros destruidos, pero no vencidos, para regresar a la nueva batalla o al nuevo turno. El espíritu y el compromiso es lo que nos llena de energía y motivación”.
Piensa que quedan algunos meses con la misma intensidad de hoy, pero la necesidad de disponibilidad en intensivo se mantendrá por un largo tiempo, hasta que exista la esperada vacuna.