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Martes 5 de Julio de 2022
La iniciativa, organizada por el Centro de Excelencia IMPACT y el Centro de Investigación e Innovación Biomédica, CiiB, de la Universidad de los Andes, buscó fomentar la curiosidad y pasión por la ciencia en niñas y niños a través de lúdicas actividades.
Aprender qué es un algoritmo y comprender para qué sirven en la vida cotidiana, o extraer y poder ver a simple vista nada menos que el ADN de una frutilla, fueron las actividades que niñas y niños de 5 a 10 años pudieron realizar en el Taller Infantil de Ciencia, Arte y Tecnología (TICAT), una iniciativa organizada por el Centro de Excelencia IMPACT en colaboración con el Centro de Investigación e Innovación Biomédica CiiB de la Universidad de los Andes.
TICAT es dirigido por la investigadora del CiiB, Dra. Karina Pino, y tiene como objetivo equiparar el acceso al conocimiento y fomentar las habilidades científicas de los estudiantes que participan en cada uno de los talleres. “Me motiva mucho la idea de enseñar y de “encantar” a los niños con la ciencia. Creo que el principal atractivo de este taller es el hecho que ellos tienen sus propios materiales, y ellos mismos son quienes deben ejecutar la actividad. En este taller se vuelven mini-científicos”, asegura.
Para Filipa Cargioli, de 5 años, lo que más le gustó fue sacar el ADN de la frutilla. “Tuvimos que aplastarla, ponerle sal y detergente. Yo saqué mucho ADN. Fue muy entretenido”, explica. Por otra parte, Luciano Adasme de 7 años y estudiante del colegio municipal República de Siria, reconoce que ciencias no es su materia favorita en el colegio, “pero ahora somos pequeños científicos y podemos hacer muchos experimentos. Incluso podemos crear nuestras propias telarañas en el laboratorio como Spiderman”. A la pregunta si la ciencia le sigue pareciendo aburrida asegura que ya no. “Ahora la encuentro súper entretenida”, afirma.
La actividad también fue valorada por los padres de los participantes. “Cuando nos invitaron a participar, mi hija que está en 4to básico se inscribió inmediatamente porque le gusta mucho la ciencia y sonaba muy interesante. Lo que más me gustó de TICAT es que las actividades están pensadas para niños pequeños y usan materiales sencillos. Me gusta eso de mostrar la ciencia cercana. Lo que ven en el colegio es súper acotado, tal vez más básico, en cambio este taller sale del curriculum y es muy interesante”, afirma Oriana Toro, apoderada del colegio municipal Escuela República El Líbano.
Para el director de IMPACT, Dr. Maroun Khoury, la relevancia de vincular el quehacer del centro con niños y niñas pequeños es fomentar el acceso temprano a cursos de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM por sus siglas en inglés). “Es importante acercar los temas científicos de forma accesible, interesante y entretenida, con técnicas de aprendizaje prácticas y creativas, es decir, ensuciar sus manos al sacar ADN de una frutilla más que ver la hélice de la molécula en una pantalla. La ciencia no es “fome”, lo que puede ser fome a veces es cómo la enseñamos. El aprendizaje práctico es el más eficaz en la enseñanza de los conceptos científicos y matemáticos, y el concepto de TICAT es “primero nos entretenemos, luego pensamos y aplicamos este nuevo conocimiento”. Esto permite aumentar sus intereses por seguir carreras relacionadas con ciencia e innovación. Lo que queremos es crear oportunidades para detectar de manera temprana vocaciones científicas y aportar al cierre de la brecha de género que existe en estas áreas entre niños y niñas”, asegura.
Consultado sobre la importancia de estas actividades en el impacto que el centro de investigación espera tener en el área de biomedicina, su director explica que “para que Chile sea realmente competitivo en los campos STEM, que es un ingrediente importante en el desarrollo de un país, tenemos que descubrir, nutrir y fomentar el talento en niños y niñas que estén interesados en seguir carreras científicas, desde la escuela primaria. Son los futuros creadores que queremos reclutar en ciencia y por qué no en el mismo centro IMPACT que tiene mirada de impacto científico y social a largo plazo”, afirma.
El Centro IMPACT es liderado por la Universidad de los Andes y cuenta con financiamiento de la Agencia Nacional de Innovación y Desarrollo, ANID; la participación de la Pontificia Universidad Católica, Universidad de Chile, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, y Universidad de La Frontera, además de la colaboración de la Clínica Universidad de los Andes.