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Martes 20 de Agosto de 2019
Tras titularse de Ingeniería Comercial UANDES, Gonzalo Doña (ICOM 08) hizo un Magíster en Economía en la Universidad Alberto Hurtado y, más tarde, entró a trabajar como profesor en la Universidad Mayor.
En 2016 fue aceptado en el Doctorado en Economía de la Universidad de California en Irvine (Estados Unidos), desde donde nos respondió nuestras preguntas. “Siempre fue mi intención enfocarme en el mundo académico, me gusta la investigación y creo que tengo buenas ideas que necesitan ser exploradas”, afirma.
Su agenda de investigación se centra en temas de economía pública, economía política, teoría económica y economía laboral. Y al respecto comenta que “la Universidad de California en Irvine tiene un excelente cuerpo docente, especialmente en las áreas que estoy profundizando, y a pesar de ser relativamente joven está bien rankeada”.
– ¿Cómo ha sido la experiencia de estudiar un doctorado en el extranjero?
Aunque es imposible negar las “incomodidades propias de nuestra situación” -somos un matrimonio joven con tres niños chicos en un país extraño, y yo estudio y trabajo para avanzar en el doctorado-, se trata de una vivencia interesante en sí misma. Creo que en 10 años más, vamos a verla como una experiencia formativa no sólo para mí como economista, sino también para toda la familia. Saldremos, sin duda, con una noción más real de aquello que está bajo nuestro control y lo que, en realidad, depende de Dios.
– En estos momentos, ¿en qué asuntos estás centrando tu investigación?
La línea central de mi investigación es un estudio sobre los efectos secundarios (no deseados) de diversas políticas públicas.
Mi primer proyecto en el doctorado, que espero publicar pronto, analiza los resultados no deseados del Subsidio Único Familiar (SUF) en Chile, a partir de la reforma de 2007. Otro de mis papers, con el que saldré al mercado laboral, evalúa los efectos del aumento del ingreso mínimo sobre la gente que está desempleada.
En ambos proyectos demuestro que las políticas públicas están asociadas a efectos secundarios. Por ejemplo, el SUF desmotiva la participación laboral de mujeres jóvenes y, a su vez, el alza del ingreso mínimo prolonga el desempleo, sin incrementar el futuro ingreso de los desempleados. Tengo en carpeta un tercer proyecto, un modelo teórico sobre el divorcio, que también podría incorporar lo empírico.
Por otro lado, estoy avanzando en otra línea investigativa, con un proyecto que propone una nueva teoría sobre los determinantes del crecimiento de largo plazo de los países. Es un muy interesante y, creo que, prometedor, pues revisa lo establecido hace 20 años por Acemoglu, Johnson y Robinson.
– ¿Cuándo terminas el doctorado y has pensado qué vas a hacer después?
Probablemente, el próximo año. Quiero trabajar en academia (universidades), idealmente en Chile, aunque tal vez lo profesional me mantenga ligado a Estados Unidos. Vamos a tomar la decisión una vez que se presenten las ofertas.