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Miércoles 8 de Enero de 2025
Reportaje escrito por la profesora del Instituto de Literatura, Paula Baldwin Lind.
En la Universidad de los Andes, la Facultad de Filosofía y Humanidades se ha convertido en un espacio clave para aquellos estudiantes que buscan profundizar en el conocimiento de la Filosofía, la Literatura y la Historia. En este reportaje, exploramos las motivaciones, experiencias y recomendaciones de hermanos y hermanas que han optado por la Licenciatura en Literatura y en Filosofía.
Alicia Cordero Brummer fue la primera de su familia en estudiar Literatura en la UANDES. Mientras estudiaba Periodismo en esta misma universidad se abrió la Licenciatura en Literatura y fue ahí cuando decidió terminar sus estudios y al año siguiente comenzó su segunda carrera. “Me encantó la malla y desde el comienzo me di cuenta de que acá nos acercábamos a las obras directamente y no a través de una corriente crítica específica. Ese análisis venía después de la propia lectura. Los profesores siempre estaban disponibles y nos apoyaban para poder escoger la línea en la que queríamos investigar”, comenta.
Cuando Alicia se tituló, su hermano, Antonio, siguió sus pasos y optó por la misma carrera. Nos relata su historia: “Ya en tercero medio quería dedicarme a la Literatura y lo primero que hice fue ir a conversar con los profesores de la Universidad de los Andes, y ellos me orientaron. Además, dada la variedad de áreas que abarca la malla, la universidad también brinda la oportunidad de acercarse y buscar diferentes especialidades una vez terminada la Licenciatura, esto fue lo segundo. En tercer lugar, mi hermana Alicia también me ayudó con la decisión, animándome a acercarme a una lectura más auténtica de los libros, sin influencia de terceros”.
Alicia agrega: “Nuestros papás no son humanistas; los dos son matemáticos (Ingeniero comercial y Profesora de matemáticas), pero en nuestra casa siempre estuvo presente el hábito de leer. Mis papás leían un rato todos los días y veíamos los libros como algo entretenido, no solo la tarea o la obligación de leer el libro para el colegio. Podíamos contar lo que estábamos leyendo o discutir temas que salieran de esas lecturas.”
El entorno familiar fue decisivo en la formación de intereses de estos hermanos. Sin duda, fue el puntapié inicial, pero Antonio reconoce que Alicia siempre fue un ejemplo a seguir. “Ella era la más lectora de todos, y cuando estaba pensando en estudiar Literatura, desarrollamos una complicidad en torno a los libros, sus interpretaciones y proyecciones gracias a la cual me di cuenta de que las perspectivas de una obra literaria son infinitas, y de que los libros muestran subrepticiamente un tesoro maravilloso, apasionante y sumamente reconfortante, incluso, que es preciso manejar con cuidado. Esta amistad literaria, ciertamente, plantó la semilla que iniciaría con mi entusiasmo por los libros y la Literatura. Encontré con quién compartir el interés y, ciertamente, eso fue uno de los componentes determinantes para mi decisión de estudiar Literatura, y hacerlo en la UANDES”.
El 2024, Nicolás Cordero Brummer también entró a estudiar Literatura en la UANDES. Explica que su pasión por las letras empezó a edad temprana. Tanto Alicia como Antonio influyeron en su decisión. Nicolás relata cómo un sinnúmero de conversaciones encendió una pasión que luego se acrecentaría. Comenta: “especialmente con mi hermano, durante la pandemia, el diálogo sobre literatura me ayudó a entender de mejor manera las bondades de este arte. De alguna manera, me abrieron las puertas y mostraron el camino, camino que me toca allanar”.
Los tres hermanos coinciden en que sus padres los dejaron escoger lo que querían estudiar sin prejuicios y nunca consideraron la Literatura como una carrera secundaria, menos importante que otras tradicionales como Medicina o Derecho. Además, cada uno destaca algún aspecto de la Licenciatura en Literatura UANDES. Alicia piensa que el acercamiento y análisis directo de las obras que se estudian es fundamental para comprenderlas a fondo y poder valorarlas críticamente; por su parte, Antonio considera que el recorrido que hace la malla por los periodos y obras más importantes de la historia abre puertas de interés en todos los ámbitos de la literatura. Se refiere también a la pasión y al compromiso con que los profesores enseñan sus materias, lo que, además de incentivar al alumno a profundizar por su cuenta, influye en la capacidad de retención y en el aprendizaje. Nicolás coincide con sus hermanos y declara con entusiasmo: “Uno como alumno siente la emoción del docente en cada clase, y eso alienta a seguir cultivándose, a seguir leyendo y estudiando. La metodología de estudio y de las evaluaciones escritas permiten elaborar reflexiones personales”.
Tanto Alicia como Antonio ya son profesionales. La primera ha hecho clases de Literatura y de Latín en un colegio, pero ahora está dedicada a la maternidad, por lo menos mientras sus cuatro niños sean chicos. Antonio dedica tiempo a la investigación en literatura colonial y poesía chilena y a la corrección de ensayos en un colegio. Además, es “ingeniero en prompts” en una empresa de desarrollo tecnológico, la cual trabaja con LLM y el perfeccionamiento del uso de la inteligencia artificial mediante el procesamiento del lenguaje natural para corregir textos y extraer datos de documentos.
¿Qué recomiendan los Cordero Brummer a quienes quieren estudiar Literatura?
Alicia: “no le tengan tanto miedo al futuro, a lo económico, porque eso no es lo más importante para escoger a lo que se van a dedicar. Piensen en qué es lo que se ven haciendo por el resto de sus vidas y, si eso es lo que les gusta, sigan ese camino y todo lo demás se va a ir dando. Vayan redescubriendo siempre la pasión por la literatura, porque sin ella se hace muy difícil dedicarse a esto. Es una profesión muy linda y hay que disfrutarla. Por último, aprovechen todas las instancias que entrega la universidad, vayan a seminarios, escuchen a los académicos reconocidos y gocen de lo que les toque leer en cada ramo”.
Antonio: “existe un miedo principal en la mente de quien piensa estudiar una carrera como Literatura, y este no recae en la Licenciatura misma, sino en lo que viene después. Yo animo a todos los apasionados por los libros que busquen profundizar en las lecturas y convertirse en profesionales metódicos y destacados, ya que los aportes de la Literatura, como los de otras carreras, van más allá del campo laboral. Una carrera universitaria forma el carácter y las perspectivas de una persona, y un humanista como el Licenciado en Literatura siempre aportará allá donde vaya. Además, hoy por hoy se buscan muchos humanistas en diferentes áreas, especialmente en el desarrollo de inteligencia artificial, lo que cubre las oportunidades también fuera de la carrera académica tradicional y, además, es apasionante. No se arrepentirán de escoger esta carrera, los llenará de grandes experiencias y les brindará herramientas indispensables para la vida”.
Nicolás: “a veces las Humanidades son carreras difíciles de escoger. No son el camino más sencillo. La incertidumbre por el futuro, el trabajo y los proyectos familiares asaltan la mente constantemente. Pero hay una cosa que es muy clara: no hay sueldo que pueda pagar las bondades que se ganan al dedicarse a las Humanidades. Y, ¿quién sabe?, perfectamente podría darse que, fruto de esfuerzo y trabajo, las Humanidades te privilegien con un buen pasar económico. Pero eso no es lo central en esta rama. Hay que arriesgarse, hay que jugársela porque, al final del día, la retribución va a ser mayor”.
Los hermanos Monckeberg Cabezas también optaron por la Humanidades y decidieron estudiar Filosofía en la UANDES. A diferencia de los Cordero Brummer, Gustavo y Joaquín no sólo cursan la carrera al mismo tiempo, sino que estudian carreras paralelas. El primero pasa a cuarto año de Filosofía, pero cursa también la Licenciatura en Literatura; el segundo acaba de terminar su primer año de Filosofía que complementa con Comunicación Audiovisual.
Gustavo explica con claridad que “el bichito de estudiar Humanidades lo tenía ya hace un tiempo en la Enseñanza Media; solo faltaba decidir dónde”. Tras analizar las opciones de varias universidades y la UANDES, y con la ayuda de un profesor y exalumno de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la UANDES, Gustavo se decantó por Filosofía: “el orden metodológico que creí ver en ese entonces –y confirmo ahora– para enseñar algo tan fundamental como la filosofía, me pareció el indicado”, explica.
En cuanto a las influencias familiares, Gustavo destaca el impacto de su mamá, quien le inculcó el amor por los libros y las historias, y de su papá, cuya pasión por la música también dejó huella. “Mis abuelos, en especial mi abuela paterna, también influyeron enormemente”, agrega.
Para quienes consideran estudiar Filosofía, Gustavo tiene un mensaje claro: “Que se atrevan. La ‘recompensa’ es infinitamente mayor al ‘sacrificio’”. Entre los aspectos que más valora de la Licenciatura y de la Facultad, menciona a las personas –profesores y compañeros–, el ambiente enriquecedor y el enfoque integral que caracteriza a la formación.
En el caso de Joaquín Monckeberg Cabezas, aunque su vocación principal es el cine, decidió estudiar Filosofía para dotar a sus futuros proyectos cinematográficos de mayor profundidad. “No simplemente una cinta de entretención, sino algo importante que decir”, explica.
El apoyo de su hermano Gustavo fue clave para tomar esta decisión: “Me disminuyó el ‘miedo’ que a uno le meten por querer entrar a estas carreras”. Y para quienes tienen dudas sobre optar por Filosofía, Joaquín recomienda dar una oportunidad a las Humanidades: “Si alguien entra con alguna duda, deje pasar un tiempo y póngase a aprender; finalmente, no van a querer dejar la carrera”.
Destaca además el ambiente de la Facultad: “Al ser una Facultad pequeña, el ambiente es inmejorable. Los alumnos se conocen entre las tres carreras, y los profesores son muy cercanos”.
A los Monckeberg Cabezas se suman, los hermanos Casanova Bonilla: Carlos y Ana. El primero estudia carreras paralelas: Filosofía y Literatura, mientras que su hermana acaba de pasar a segundo año de Licenciatura en Filosofía.
Desde la Enseñanza Media, Carlos tuvo claro su interés por las Humanidades, particularmente la Filosofía y la Literatura. “Decidí estudiar ambas mediante el programa de carreras paralelas de la universidad”, señala. El apoyo de su familia, especialmente de su papá, quien le inculcó el gusto por la lectura, también jugó un papel importante. Su consejo para quienes estén considerando esta carrera es directo: “Si tienen gran interés y vocación, denle una oportunidad a esta carrera, pese a los factores disuasivos”.
Carlos subraya la calidad de la malla curricular y del cuerpo docente, así como el ambiente colaborativo y acogedor entre alumnos y profesores.
Ana se dio cuenta de que “quería ser profesora, particularmente de colegio”. Comenta que también dudó entre estudiar Matemáticas o Filosofía. Finalmente, optó por esta última porque sintió que era la mejor manera de aportar a sus futuros alumnos.
Aunque ningún miembro de su familia influyó directamente, Ana destaca a su papá como una figura clave en su acercamiento a la Filosofía desde niña. Su consejo para los futuros estudiantes es que elijan esta carrera si realmente les gusta y que se mantengan abiertos a todos los aprendizajes que ofrece.
Sobre la Licenciatura, Ana destaca a los profesores y las materias que componen la malla, aspectos que, para ella, son fundamentales.
Las historias de estos estudiantes reflejan la pasión y el compromiso con las Humanidades, una elección que no sólo enriquece su formación personal, sino también los prepara para aportar de manera significativa en sus futuros campos laborales en Chile o en el extranjero.