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Jueves 8 de Agosto de 2024
Jaime Phillips, doctor en Derecho UANDES y hoy profesor de la Universidad de Chile en esta entrevista nos comenta cómo vivió su paso por el Programa de Doctorado y cómo esta experiencia ha incidido en su quehacer.
¿Por qué decidiste estudiar un doctorado en la UANDES? ¿Cómo fue esa experiencia?
Cuando egresé de la universidad, el doctorado era algo que quería hacer en algún momento de mi vida, pero no pensaba iniciarlo inmediatamente después del examen de grado. Sin embargo, cuando conocí al profesor Jaime Arancibia, me entusiasmé con hacer la tesis con él. La experiencia en el doctorado fue muy buena. Tengo muy buenos recuerdos del tercer piso de Biblioteca, donde trabajábamos y compartíamos con mis compañeros, y con los doctorados de otras disciplinas. Hubo muchos cafés y almuerzos inolvidables, con compañeros con quienes sigo en contacto hasta el día de hoy. Además, durante el cuarto año del doctorado pude hacer una estadía de investigación en la Universidad de Oxford, lo que me confirmó en mi vocación académica.
¿Cómo ha aportado a tu desarrollo profesional y académico?
El principal aporte que me hizo el doctorado fue una nueva mirada de las cosas. En el doctorado uno aprende a hacer investigación, desarrollando una tesis original en un tema muy específico. Le dediqué cuatro años a mi tema. Al final de eso se supone que debes decir algo original que sea un aporte al estado del arte del conocimiento. Por más que uno estudie y escriba, adviertes que siempre quedan problemas sin resolver y siempre se puede aprender más. Si en el tema que investigaste cuatro años todavía no lo sabes todo, ¿qué queda con el resto de las ciencias y artes? Descubres que, en realidad, solo sabes un poco de casi nada. Lo bonito es darse cuenta de lo ignorantes que somos, y que siempre podemos seguir aprendiendo contemplando la realidad, oyendo a los demás o de los libros.
Luego del doctorado, fui profesor en la Universidad Finis Terrae durante cinco años. Participé en proyectos de investigación, congresos y escribiendo artículos en revistas especializadas. Definitivamente, me ha ayudado en todo año la preparación del doctorado de la Universidad de los Andes. Recuerdo las primeras clases de metodología de la investigación donde nos enseñaron a formular un proyecto para un fondo concursable, lo cual tuve que hacer luego en 2020 y 2021. El año pasado gané un concurso para profesor en la Universidad de Chile. Aquí estoy muy contento, trabajando a la par con otros académicos que se doctoraron en prestigiosas universidades de Chile y del extranjero.
¿De qué manera tu paso por el Doctorado te permitió innovar en tu línea de investigación?
Mi tema de investigación es sobre los cambios normativos y cómo compatibilizar la protección de los derechos y expectativas generados por las conductas de las autoridades, con las necesidades de cambio. La idea es desarrollar metodologías para que jueces, autoridades administrativas y abogados enfrenten casos jurídicos donde haya inestabilidad normativa. Desde el comienzo el profesor Arancibia me animó a ser original e innovador. A intentar empujar la barrera de lo conocido para hacer un aporte que, aunque modesto, sea original. También aprendí a interesarme por otras disciplinas y cómo me pueden aportar a mi visión de las cosas. Por ejemplo, ahora estoy participando en un proyecto con expertos en finanzas y he colaborado en trabajos sobre los derechos humanos de las personas mayores con personas del área de la salud; lo que me ha abierto a lo interdisciplinar.
¿Cuáles crees tú son los desafíos para los doctorandos?
Antes un doctorado era algo que hacías solo para dedicarte a la academia. Hoy ese mito está cada vez más cuestionado. Hacer una investigación de cuatro años te completa en muchos sentidos: captar la globalidad de un problema, reformular sus términos, capacidad de análisis y de proponer algo nuevo. Eso, naturalmente, te puede abrir muchas puertas. En ese sentido, pienso que los doctorandos no deben dejarse cegar por lo que es más superficial en la academia como la cantidad de publicaciones, indizaciones, número de adjudicaciones, los índices de impacto, la figuración mediática, entre otras. Esas cosas son importantes en la medida que permiten dar cuenta de que uno está trabajando. Pero no hay que descuidar las horas de estudio personal, el intentar escribir cosas que sean un aporte verdadero, ayudar a los compañeros con sus trabajos, conocer a personas de otras universidades o dedicar tiempo a estudiantes de pregrado o magíster.