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Miércoles 3 de Junio de 2020
A continuación se presenta un documento elaborado por la unidad de Estudios del Centro Integral para el Envejecimiento Feliz (CIEF), el que hace referencia a los efectos del Coronavirus en las personas mayores y las medidas de protección hacia ellos.
“La aparición del nuevo coronavirus, que provoca la enfermedad conocida como COVID-19, ha afectado de forma importante la vida de gran parte de los habitantes del planeta. Sin embargo, una de las poblaciones que ha sido especialmente afectada es la de las Personas Mayores (PM). En Chile, de acuerdo a datos del MINSAL, del total de personas que se han contagiado con COVID-19, un 15,3% tienen 60 o más años, sin embargo, este mismo grupo representa el 83% de los fallecimientos asociados a la enfermedad.
Los expertos han señalado que la mayor letalidad de PM asociada a COVID-19, se debe principalmente a dos factores: el primero es la denominada inmunosenecencia, que consiste en el deterioro gradual del sistema inmune con el paso de los años. El segundo factor está asociado a la mayor carga de enfermedades crónicas no transmisibles que presentan las PM. En Chile, de acuerdo a la Encuesta Nacional de Salud (ENS 2016), el 74,6% de las PM tiene dos o más enfermedades y 56% consume tres o más medicamentos al día. Según datos del CIEF con la población de PM participantes del CEDIAM de la Municipalidad de Puente Alto, un 26% de ellas presentan diabetes mellitus, un 59% hipertensión arterial y un 25,2% dislipidemia.
Producto del mayor riesgo de las PM ante la pandemia, la mayor parte de los países han decretado el confinamiento y aislamiento social como medidas de protección de este grupo etario. Sin embargo, estas medidas pueden tener también efectos negativos para la propia salud de las PM y el riesgo a cursar la enfermedad de forma grave en el caso de ser contraída. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha destacado la importancia de garantizar que la falta de medidas de protección hacia las PM frente al COVID-19 no aumente su situación de vulnerabilidad.
La pregunta es, ¿por qué estas medidas de protección para las PM podrían aumentar su vulnerabilidad? La ciencia ha demostrado que existe relación estrecha entre nuestros estados emocionales y la salud de nuestro sistema inmunológico, de modo que la falta de contacto social, el aislamiento, bien podrían resultar en una inhibición de los genes encargados de la respuesta ante amenazas virales. En un estudio publicado el 2017 en Neuropsycopharmacology (1), se encontró que ciertos estresores sociales como el rechazo, la separación y la pérdida de personas queridas, la sensación de estar sometido a permanente evaluación y los conflictos interpersonales, pueden aumentar la actividad proinflamatoria del organismo. Steven Cole denominó respuesta transcripcional conservada ante la adversidad la reacción del organismo frente a una amenaza, desconexión social o indefensión caracterizada por una activación de genes que favorecen la respuesta inflamatoria.
Por lo anteriormente expuesto, los expertos distinguen entre confinamiento y aislamiento social, llamando a que distancia física no se traduzca en aislamiento o sensación de abandono. La idea es que la familia y personas cercanas se mantengan cerca de las PM mediante videollamadas o llamadas telefónicas regulares. El Dr. Andrés Glasinovic, experto en medicina familiar y docente de la Escuela de Medicina de la Universidad de los Andes, propone también tener precaución en relación a no quitar autonomía a las PM producto de la sobreprotección”.
Referencias bibliográficas:
1. Eisenberger NI, Moieni M, Inagaki TK, Muscatell KA, Irwin MR. In Sickness and in Health: The Co-Regulation of Inflammation and Social Behavior. Neuropsychopharmacology. Enero de 2017;42(1):242-53.
2. Cole SW. Human Social Genomics. Gibson G, editor. PLoS Genet. 28 de agosto de 2014;10(8):e1004601.