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Miércoles 24 de Junio de 2020
La investigadora del Centro Signos UANDES Francisca Echeverría comenta, en columna publicada por El Líbero, que el país está internamente fracturado por un déficit de confianza a todo nivel.
“Quienes pensaron que la crisis sanitaria calmaría nuestra discusión pública han comprobado que era una mera ilusión. La polarización ha recuperado terreno, como han mostrado las pasiones que despertó el cambio del ministro de Salud, las polémicas en torno a los datos o el empeño en buscar culpables de una crisis que nos supera a todos. No hemos logrado exorcizarnos del clima de octubre. Vivimos en un país socialmente fracturado, y cualquier intento de esbozar un camino de salida del complejo momento actual debiera partir por asumir este hecho”, explica Francisca Echeverría, investigadora del Centro Signos UANDES.
La fractura no se produjo el 18-O, como parecen creer algunos, aunque cuajó en ese momento de modo singular. Más allá de las teorías que encuentran en el marxismo internacional toda la explicación de la revuelta, lo cierto es que en Chile había materia suficiente para que se propagara el incendio. “El quiebre viene de mucho antes y tiene causas variadas y hondas, como la percepción de una clase política desconectada de la realidad del país, la crisis de legitimidad de las instituciones, unas desigualdades excesivas que dificultan el sentido de pertenecer a una misma sociedad, o el debilitamiento de los vínculos humanos que deja a los ciudadanos desanclados, convertidos en consumidores sin raíces”, detalla.
Para leer la columna completa publicada en El Líbero, haz click aquí.