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Jueves 3 de Noviembre de 2022
Columna de opinión del profesor, Pedro Anguita.
Una de las causas que no pocos partidarios del apruebo en el plebiscito celebrado el pasado 4 de septiembre han sostenido para explicar su resultado ha sido la circulación de noticias falsas que acompañó todo el proceso constitucional. Resulta muy discutible tal explicación pues el país acudió a las urnas en los dos últimos años en siete ocasiones, y que solo en el referéndum ratificatorio haya influido la desinformación en el veredicto popular y no así en todos las elecciones que lo precedieron.
Hay que destacar además que el debate en torno a lo que es una noticia falsa es más complejo que acusar al adversario de propagarlas. Así, si nuestro contradictor disemina falsedades, nosotros estamos en posesión de la verdad. Ya en las elecciones del año 2016 que llevó a Trump a la presidencia de EE.UU. vimos como las noticias falsas estuvieron presente en el proceso eleccionario. El mismo presidente Boric exhortó al país en la campaña plebiscitaria a no dejarse engañar por la desinformación que circulaba. ¿Existe evidencia, algún estudio y/o investigación que sustente la tesis de la influencia que pudo tener en los más de 13 millones de electores el consumo de contenidos no verídicos? Con todo el desarrollo que han tenido las redes sociales en las posibilidades de expresión de la ciudadanía lo que debe estar bajo escrutinio no es que millones de personas publiquen sus opiniones por plataformas digitales sino más bien la existencia de campañas organizadas de desinformación con medios humanos, financieros y tecnológicos -la creación de bots- que apunten a desacreditar personas u opciones morales o políticas.
Aunque no ha transcurrido mucho tiempo desde el referéndum del día 4 de septiembre, no hay hasta ahora trabajos que apoyen la influencia decisiva en el resultado. Vlado Mirosevic, por ejemplo, coordinador de la opción Apruebo denunció que los partidos de derecha, partidarios del rechazo siguieron el manual de Steve Bannon -estratega de Donald Trump- el que fue aplicado además en el plebiscito sobre el Acuerdo de Paz el año 2016 en Colombia, en el Brexit y en la elección de Bolsonaro. Aunque negó tener antecedentes para afirmarlo, le pareció “evidente” al punto que nuestro país sería “… objeto de estudio de una nueva expresión del trumpismo en una campaña…”. (La Tercera domingo, 28 de agosto 2022).
En la misma línea, Fernando Atria, ex convencional constituyente justificó el acuerdo celebrado por movimientos de centro izquierda respecto a un conjunto de reformas en caso de ganar el apruebo no en razón a defectos del texto constitucional sometido a plebiscito sino debido a que se estaban enfrentando a la misma campaña que ha ocurrido en el Reino Unido con el Brexit, la elección de Trump en Estados Unidos, en Brasil con Bolsonaro, en Colombia para el plebiscito de paz, que “…es una campaña de desinformación y de tergiversación del contenido de la Constitución que, como en esas elecciones (…) puede tener efectos electorales”. Dichas afirmaciones efectuadas el día 24 de agosto, programa “Tú Decides”, Canal 13 de televisión.
Un estudio realizado por el equipo de investigación interdisciplinario de la Universidad Católica de Valparaíso sostuvo haber confirmado empíricamente una tendencia de ataques digitales en contra de la Convención Constituyente y de su primera presidenta Elisa Loncon. La investigación apoyada por Analitic, empresa especializada en recolección y procesamiento de datos digitales, monitoreó y procesó diez etiquetas que desde el 1° de agosto de 2021 se instalaron como tendencias. (https://www.ciperchile.cl/2021/08/25/la-convencion-constitucional-esta-bajo-ataqueverdad-o-fake-news/).
Otros estudios en cambio, (Bustamante & Jaramillo) incluidos en el libro La Comunicación Científica como herramienta contra la desinformación que se publicará el próximo mes por RIL editores, analizó los hashtags desinformativos de Twitter en Chile durante 2022 y desestimó tal campaña a partir del estudio de las estructuras de red de los 20 hashtags seleccionados, que concluye que no fue posible inferir la existencia de un enemigo poderoso debido a la alta fragmentación y polarización del flujo informativo, en razón a que las estructuras de red detectadas (Audiencias Polarizadas y Micro Influenciadores) son más cercanas a lo que se entiende por Cultura Participativa.
El académico Sebastián Valenzuela de la UC a pesar de calificar en julio del año 2022 de brutal la desinformación sobre la propuesta constitucional, indicó que a diferencia de lo que ocurre en Estados Unidos y Europa occidental en que circulan muchos sitios que difunden “fake news”, imitando formatos periodísticos sin pretensión de objetividad en nuestro país no se producen o son muy escasos, no existiendo productores claros de “fake news”. Para Valenzuela la gente que cree en la desinformación es bastante baja en Chile, debido al escepticismo de las personas lo que a su juicio compensa un poco el riesgo añadiendo que la foto que tomó es que a pesar de la mucha desinformación que da vuelta, hay también mucha desconfianza sobre ella. Afirmó finalmente que ante la duda de los contenidos de la propuesta constitucional una parte de la ciudadanía ha optado por ir a la fuente directa, el libro “Propuesta definitiva de una nueva Constitución”.
Algunas causas que explicarían el resultado del veredicto popular el 4 de septiembre no requieren de mucho respaldo científico, como afirmar que fue debido a que el texto propuesto era inadecuado. Otras en cambio como afirmar que fue decisivo el contexto desinformativo que rodeo el proceso constituyente requiere algo más que meras afirmaciones al vuelo.