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Lunes 2 de Septiembre de 2019
Jimena Valenzuela hace ver la importancia de seguir avanzado en equidad, para que hombres y mujeres se involucren igualmente en las labores del hogar y la crianza de los hijos.
A propósito de dos proyectos de ley que proponen disminuir la jornada laboral, la directora del Instituto de Ciencias de la Familia de la Universidad de los Andes valora que se esté hablando en la discusión pública de la importancia de conciliar de mejor manera el trabajo y la dedicación a la familia.
La abogada plantea que “las leyes son importantes porque fijan mínimos y definen márgenes, pero al final los cambios reales dependen de cada empleador y también de cada trabajador”. En este sentido, propone que el foco de las reformas laborales sea la flexibilidad laboral, permitiendo, por ejemplo, “variar las horas de entrada y salida, comprimir las horas en menos días o trabajar desde la casa”.
Jimena Valenzuela argumenta, en carta publicada en El Mercurio, que “si bien se vislumbran cambios, todavía falta avanzar mucho en equidad de hombres y mujeres en este esfuerzo de conciliar trabajo y familia”. En su análisis plantea que “diversos estudios indican que los padres tienden a creer que el reparto de las cargas familiares es equitativo, aunque la realidad y las percepciones de sus mujeres señalen lo contrario (Encuesta Bicentenario 2015)”.
Luego cita la Encuesta Nacional sobre Uso del Tiempo 2016, de la cual se concluye que “una madre con trabajo remunerado dedica, en promedio, unas diez horas semanales más que los padres a las labores del hogar y al cuidado de los hijos”.
Termina señalando los beneficios de que los padres dediquen más tiempo a estas tareas; esto “disminuiría significativamente la sensación de agobio de las mujeres que son madres y aumentaría también su productividad laboral”.