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Lunes 24 de Mayo de 2021
Soledad López, docente clínico de la Escuela de Kinesiología y kinesióloga en el Instituto Teletón Santiago, recalca la importancia de sacar el máximo provecho a las distintas instancias a las que se han debido adaptar, tanto alumnos, profesores y pacientes, durante la pandemia.
Ya ha pasado más de un año de la llegada del Covid-19 al país, un año en que la vida de todas las personas ha cambiado de manera radical como una de las tantas consecuencias de la pandemia. Sin dudas, estudiantes y docentes han debido adaptarse a una nueva realidad, donde las clases online han sido las protagonistas, una situación que en muchas ocasiones se pone cuesta arriba, especialmente en el área de la salud.
“El trabajo con los alumnos durante de este período ha sido diferente a como era en años anteriores, la forma en que nos vamos relacionando ha ido cambiando. En este mismo sentido, y ahora que contamos con un poco más de presencialidad, hemos debido trabajar y enseñar a los alumnos e internos el uso y cuidado de los elementos de protección personal, que no y las medidas básicas para la atención de nuestros usuarios”, comenta Soledad López, docente clínica de la Escuela de Kinesiología y kinesióloga en el Instituto Teletón Santiago.
Soledad comprende y comparte las dificultades que trae consigo la educación remota, especialmente en carreras donde la práctica es esencial. Sin embargo, considera que es un momento muy importante y que permitirá que los alumnos lleguen mejor preparados a su práctica clínica.
“Nosotros necesitamos práctica, necesitamos ver y tocar, pero esta es una gran oportunidad de la que se debe sacar el máximo provecho, empaparse de los conocimientos que tienen los profesores y tener una base y un orden, para que en el momento que se puedan involucrar en la parte clínica, lo puedan hacer de la mejor manera”, agrega la docente clínica.
En cuanto a su labor como kinesióloga en el Instituto Teletón Santiago, Soledad comenta que ha sido un año lleno de desafíos, en especial al realizar atención remota con los pacientes y sus familias.
“Trabajar en pandemia ha sido todo un desafío. Desde el primer minuto nos tuvimos que adaptar a trabajar en modalidad remota y como kinesiólogos es muy difícil llevar nuestro quehacer diario, a través de pantallas, a otra persona. Al mismo tiempo, este período ha sido super conmovedor y nos ha permitido ajustar los tratamientos y entender el entorno en el que viven las familias, que no todos tienen un ambiente ideal. La pandemia ha hecho volar la imaginación y hemos visto un lado positivo por parte de las familias quienes se han adaptado a estas formas de tratamiento”, agrega.